Nota de Un Proletario: Realmente es digno de sorpresa y celebración el encontrarse por
casualidad con un comunicado sobre el 15 de Noviembre de 1922 de
tipo clasista, anticapitalista, antiestatista y crítico de las derechas e izquierdas del Capital
por igual, que no haya sido hecho por uno mismo, en este pequeño gran desierto
social plagado de amnesia histórica e inconsciencia de clase llamado Ecuador.
Además se lo publicó junto con un video bastante breve en el que se puede
observar a dos jóvenes encapuchados en el centro de Guayaquil, al pie del busto de León Febres-Cordero (burgués oligarca político mafioso ya muerto, ex-presidente del Ecuador y ex-alcalde de Guayaquil), sosteniendo una
bandera negra con letras blancas que dice "15 de Noviembre de
1922. Sus fusiles no ahogaron nuestra lucha. Aquí estamos." Sin
duda, una pequeña pero simbólica acción directa cargada de memoria histórica y
conciencia de clase. ¡Bravo! Por ello es que publico aquí este comunicado, lo que no
quiere decir que estoy totalmente de acuerdo con el contenido del mismo (por
ejemplo, con aquello de "el ascenso del nuevo ciclo fascista y
ultraconservador", "periodo de retrocesos en materia de derechos
conquistados por los sectores oprimidos por la lucha
social", "sabremos responder con toda contundencia en defensa de
los intereses de nosotros mismos", y cierto sesgo ideológico
anarco-antiespecista-antifascista-insurreccionalista), pero sí con su
"espíritu" general y con el texto en sí mismo así como con la acción que se puede observar en el video, entendidos como un gesto simbólico de lo
dicho. Porque, a pesar del desconocimiento y el aislamiento mutuos, y más allá
de las particularidades y diferencias que podamos tener, somos la misma clase social harta de serlo y en pie de lucha contra el enemigo común, por la abolición de
esta sociedad de clases y de toda forma de opresión.
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15 DE NOVIEMBRE DE 1922 – VIVO Y COMBATIVO
“Nos perseguiste, nos torturaste, nos asesinaste, FALLASTE!!!
Tú estás muerto, nosotros seguimos aquí, luchando.”
Tú estás muerto, nosotros seguimos aquí, luchando.”
A 96 años de la masacre que segó la vida de más de 1000 obreros (aunque no existe cifra exacta establecida) la memoria del 15 de noviembre y del legado del movimiento obrero y anarquista de Guayaquil permanece viva y despojada de toda connotación folclórica: es una memoria combativa.
Los crímenes perpetrados por la burguesía agroexportadora porteña y su junta de gobierno, entonces encabezada por José Luís Tamayo, se repiten periódicamente cobijados por el silencio cómplice de los medios de desinformación y alienación masivas quedando totalmente en la impunidad. Entonces los trabajadores y trabajadoras acribillados a sangre fría por la policía y por los batallones Marañón y Cazadores de Los Ríos, bajo el mando del general Enrique Barriga fueron pasados a bayoneta, llevados en barcazas y lanzados al río que los vio nacer o llegar desde el interior del país para ya nunca más volver.
Los bastardos asesinos, lacayos del tirano de turno hacen su aparición cada vez que la burguesía y las demás fuerzas hegemónicas tienen problemas para conservar en su poder el control de la vida de sus esclavos. Entonces, cuando los oprimidos se atreven a soñar y explorar otras maneras de existir y aproximarse a una vida más deseable, libre y digna la miseria humana condensada en el obsceno privilegio de los poderosos desata su furia asesinándonos. Lo volvimos a vivir con León Febres-Cordero Ribadeneyra y su ahijado y lacayo Jaime Nebot Saadi. Pero pronto el deseo de olvidar los episodios traumáticos de nuestra historia nos hace echar al viento las muertes de todos aquellos jóvenes, todos aquellos luchadores sociales y todos aquellos otros y otras que por no encajar en los esquemas de uniformidad del opresor fueron obligados a encajar por fin en una fosa común, sin ningún ritual ni ceremonia.
Cada ciclo fascista y ultraconservador es producto del natural desgaste de los discursos demagógicos del populismo de la izquierda del capital y sus falsas salidas a la crisis sistémica que el capitalismo generaliza bajo la noción de “estilo de vida civilizado”. Y por lo mismo cada periodo de retrocesos en materia de derechos conquistados por los sectores oprimidos por la lucha social es un natural momento de análisis, de reflexión y de esclarecimiento de los verdaderos términos en los que se desenvuelve el circo político electorero de siempre.
En medio de la claridad y el silencio que preceden a la tormenta es innegable que el fascismo siempre releva a la izquierda del capital en la tarea de la administración del capitalismo, porque ninguna de ellas tiene interés en la abolición de la sociedad de clases, ni en la abolición de ninguna otra forma de opresión, pues participan muy a gusto de ellas desde un sitial de privilegio. Ante este interminable circo los oprimidos debemos decir BASTA y no solo romper toda dependencia de las organizaciones partidistas de estos dos bandos falsamente enfrentados entre sí, sino además romper toda dependencia de la institucionalidad del Estado y su racionalidad autoritaria y centralista para organizar nuestras estrategias de lucha y resistencia. Incluso es imprescindible que en aquel momento cotidiano de alimentar la sonrisa con la bondad, a pesar de enfrentar con gran dificultad los desafíos de nuestra propia existencia material, rompamos toda dependencia de los horizontes de vida que nos marca la racionalidad colonial y totalitaria de la “vida moderna”, que el capitalismo celebra como el mayor logro de la humanidad cuando en realidad se trata de la mayor catástrofe y tragedia en la historia del planeta y para todas las demás formas de vida que lo habitan.
Los trabajadores y los oprimidos seguiremos en pie de lucha, vigilantes ante el ascenso del nuevo ciclo fascista y ultraconservador que se avecina tras la caída de la careta del progresismo y sabremos responder con toda contundencia en defensa de los intereses de nosotros mismos, puesto que ni reconocemos a ningún mesías ni nos asumimos como tales para nadie más.
En defensa de todos nuestros hermanos y hermanas sin importar la especie...
En defensa de la Selva, los Ríos, los Cerros, los Mares y los Páramos…
En defensa de nuestras hijas, nuestros hijos, nuestras hermanas y hermanos, nuestros padres...
En defensa de nuestras compañeras y compañeros, nuestra manada…
Contra toda manifestación del odio asesino que habita en los poderosos de cada rincón del planeta.
15 DE NOVIEMBRE – VIVO Y COMBATIVO.
COLECTIVO SIN JAULA