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10 de febrero de 2021

Acción directa VERSUS trabajo de base (1ra parte)

Humanaesfera. Brasil, mayo de 2015.

[Traducido al español con la ayuda del traductor de google y editado por el administrador de este blog, quien alguna vez también hizo “trabajo de base” y, por lo tanto, puede hablar sobre este tema desde la experiencia y no sólo desde la teoría] 

«La conciencia no es más que ser consciente,
y el ser de los hombres es su proceso real de vida. [...]
No es la conciencia la que determina la vida,
es la vida la que determina la conciencia.
En el primer modo de consideración,
comienza desde la conciencia como un individuo vivo;
en el segundo, que corresponde a la vida real,
comienza desde los individuos vivos reales
y considera la conciencia solo como su conciencia.»

(K. Marx, La ideología alemana)

¿Sinónimo de heteronomía[1] del proletariado? Este: trabajo de base. Pseudo-praxis tan hueca, tautológica y vacía, que no es más que la repetición incesante de la exhortación a un doloroso, arduo, interminable, confuso… trabajo de base.[2] [“El trabajo de base es el trabajo de base, compañero.”]

El activista, el militante, quiere acción [para justificar su existencia como tal]. A diferencia de los no militantes, se vanagloria de actuar [y de “ser más” que ellos]. El error empieza ahí: imaginar que hay o puede haber alguien que "no hace nada". Si existimos, es porque actuamos. [La vida es actividad.] No es necesario esperar a un pequeño grupo de militantes con sus "trabajos de base" e "inserciones sociales" para actuar y solidarizar con los demás proletarios. [Mucho menos esperar que aquellos los “concientiCen” y “organicen”.]

La idea de trabajo de base es indefendible, porque es intrínsecamente heterónoma. [Por el contrario, una de las claves de la revolución comunista es la autonomía proletaria, es decir la capacidad del proletariado de luchar y de emanciparse por sí mismo: su “autoactividad” (como decían los comunistas de consejos) y su autoemancipación (consenso marxista/anarquista en la I Internacional). La labor de los comunistas, por tanto, es contribuir a desarrollar la autonomía del proletariado (incluyendo su autoclarificación teórica), esto es, contribuir a autoproducir el “ser consciente” que a su vez autoproduce la “comunidad real” (Marx), mediante la acción directa entre iguales, y no mediante el “trabajo de base”.] 

A pesar de esto, el activista autonomista [que también hace trabajo de base, para “hacer algo concreto y no sólo teórico”,] pretende luchar por la autonomía del proletariado… ¿Cómo puede alguien que dice actuar, es decir, que otros “no actúan”, ser capaz de actuar si no se supone que actuará sobre los demás (trabajo sobre la base)? Entonces, el activista autonomista entra en contradicción y, para recomponerse, se presenta como “un medio”, “un instrumento” y no como un fin, renunciando a sus propios deseos (metas, ideas, propósitos, que menoscaba como meras utopías), porque piensa que, por tanto, respeta “los deseos de la base”, “su autonomía” [fetichismo de la base y de la autonomía]. Ahora bien, ¿no es obvio que el "trabajo de base" implica aceptar una posición heterónoma y jerárquica [no ser parte de la base, pero pretender estar sobre ella, además con una visión religiosa y pastoral de salvador e iluminado, muy propia de la pequeña burguesía o la mal llamada “clase media”]? ¿Y no es evidente que esta renuncia a las propias metas y deseos (para imaginariamente respetar “la autonomía de la base”), significa omitirse frente a las tendencias suicidas (reaccionarias) del proletariado, como si estas fuesen “autónomas”?

En el mejor de los casos, la militancia es simple fantasía, mera imaginación, delirio [y (auto)engaño]. [El militantismo es la fase suprema de la alienación: el militante de izquierda se cree un ser “desalienado” y “puro”, y por eso, “guía” y “salvador” del “inconsciente y desorganizado” proletariado, a quien termina cosificándolo para intentar dominarlo.] Quizás algo de lo que valga la pena reírse. En otros casos, sin embargo, a medida que la organización militante se perpetúa y el trabajo de base tiene éxito, inevitablemente se consolida -independientemente del formalismo "igualitario", "democrático" o de las "intenciones"- como pandilla, banda, mafia, [“racket”,] sacerdocio, [secta] y, en el peor de los casos, como una nueva clase dominante (burocracia).

¿Qué debemos hacer entonces? Cualquier cosa. Si existimos, es porque actuamos. Basta ser lo que eres, es decir, actuar [natural y espontáneamente] como un igual (un proletario), sin recelos ni renuncias, presentando opiniones, objetivos y propuestas como otros iguales [otros proletarios] presentan sus opiniones, objetivos y propuestas. De igual a igual, en los autobuses, en el trabajo, en el tren, en internet, en las calles, si hay la oportunidad. [Y sobre todo, estando presentes en las luchas de nuestra clase como unos proletarios más: en las protestas, las huelgas, los paros, las barricadas, las asambleas espontáneas y autoconvocadas, etc.; así como también en okupas, huertos, bibliotecas, talleres, ferias, tokatas, campañas de agitación, etc.] Abiertamente, como tendencia comunista libertaria del proletariado contra otras tendencias del proletariado (tendencias que, a nuestro juicio, son suicidas para el proletariado, ya que lo llevan a sostener su propio sometimiento y explotación. Por ejemplo: religión, patriotismo, defensa de "sus" puestos de trabajo contra los "invasores extranjeros", xenofobia, machismo, primitivismo, racismo, barrismo, corporativismo, conspiración, el servilismo de luchar por el reconocimiento de los "méritos" [, creer en y actuar bajo representantes y “salvadores” de izquierda y/o de derecha, etc.]).

Las prácticas [espontáneas] del proletariado (solidaridades, huelgas, manifestaciones, trabajar lo mínimo, cagarse en la "meritocracia", y lo que proponemos nosotros: superar la huelga por la libre producción, mecha del comunismo universal) son en sí mismas nuestra práctica. Y solo podemos influir en las prácticas de la clase [participando de ellas,] debatiéndolas y presentando con claridad nuestras críticas, ideas y propósitos, que pueden ser más o menos adoptados o no, ser difundidos por otros o no, en momentos determinantes sí y en otros no, mejoradas o no... No hay otro tipo de praxis además de esta, si es que realmente buscamos favorecer la autonomía del proletariado. El trabajo de base es la mistificación protoburocrática y proto-sacerdotal [de la praxis revolucionaria.]

[Nota sobre la unidad de la teoría y la práctica: la praxis revolucionaria]

A quienes piensan que sobreestimamos las "ideas", les respondemos que las ideas no son seres inmateriales (sólo serían inmateriales si existieran en un plano sobrenatural, en el que serían eternas e inalterables), sino que, por el contrario, son producciones indispensables para componer, junto con otras producciones (en pie de igualdad), la transformación de las circunstancias [y de los individuos] (praxis revolucionaria).

[A diferencia de lo que creen y dicen los burgueses y los leninistas,] los proletarios no son bestias que hacen las cosas a ciegas o instintivamente. No hay acciones sin fines, propósitos, deseos... es decir, las acciones presuponen e implican teorías [por más que no parezca ni que se lo conozca], que los proletarios crean y mejoran (o degradan y dogmatizan) al percibir [o “tomar conciencia”, la cual es su conciencia o no es tal] que su capacidad de actuar se aumenta (o disminuye) objetivamente.

La capacidad de acción [y de conciencia] del proletariado aumenta cuando confía en sí mismo ([local e] internacionalmente), no reconoce "chivos expiatorios", e impone sus necesidades de clase (que son comunistas: no trabajar y que todo sea gratis, "libre"), oponiéndose radicalmente, por este simple acto, a la clase dominante (para la cual, obviamente, esto es "opresivo", verdadera dictadura del proletariado [entendida como dictadura de las necesidades humanas sobre la dictadura de la economía y el Estado sobre nuestras vidas]). Ataca al poder [capitalista] disolviendo lo que lo sostiene: las divisiones del proletariado en empresas, patrias, razas, géneros, etc. a través de una libre asociación universal que garantice el libre acceso a los medios de producción y de vida a cualquier persona.

[Por el contrario, la capacidad de acción y de conciencia del proletariado] disminuye cuando los proletarios sospechan de sí mismos, claman poder contra los "chivos expiatorios" (extranjeros, "judíos", inmigrantes, "vagabundos"), y reprimen sus deseos en nombre de la ficción de un "bien mayor" (patria, empresa, religión, [sindicato, partido...]); es decir, cuando se unen a la clase dominante (ya sea burocrática o privada, de izquierda o de derecha) contra sí mismos.

En el primer caso (mayor capacidad de actuar), la teoría necesariamente se desarrolla, mejora [y deviene fuerza material y social revolucionaria]; mientras que en el segundo caso (capacidad reducida de actuar), la teoría sólo se puede degradar y dogmatizar [, es decir, convertirse en ideología o falsa conciencia con fuerza material deformadora de la realidad y, en última instancia, conservadora de la sociedad de clases.]

[Para llegar a controlar y transformar su propia vida, el proletariado es capaz de emanciparse a sí mismo, creando, controlando y comunicando su propia conciencia, su propia teoría, su propia información, su propia organización, su propia dirección y, sobre todo, su propia acción revolucionaria. La cual es “autoactividad” o acción autónoma, y es acción directa entre iguales, es decir acción sin intermediarios, representantes ni vanguardias de y entre los mismos proletarios.

Así pues, el “trabajo de base”, hágalo quien lo haga (cristianos de izquierda, leninistas, autonomistas, anarquistas, etc.), es un obstáculo para el desarrollo de la autonomía y la autoemancipación del proletariado; por lo tanto, es un obstáculo para el comunismo y la anarquía, entendidos como movimientos revolucionarios reales, con limitaciones y contradicciones, pero reales, sin necesidad de partidos ni de ideologías, de vanguardias, etiquetas ni fronteras.]



[1] “La heteronomía es un concepto que se aplica a un ser que vive según reglas que le son impuestas por otro, y que, en el caso del ser humano, se soportan contra la propia voluntad o con cierto grado de indiferencia e inconsciencia. El ejemplo clásico es la relación heterónoma entre amo y esclavo, así como entre Estado y sociedad. Según Cornelius Castoriadis (fundador de la revista marxista proto-autonomista “Socialisme ou Barbarie”), la heteronomía (sumisión social del individuo a la economía, a la socio-política y/o a la socio-religión, lo cual implica la pérdida de su poder y su libertad reales a cambio de un poder y una libertad ficticios) es lo contrario de la autonomía (capacidad de establecerse a sí mismo las propias leyes o normas de vida y, por lo tanto, de romper y superar la heteronomía).” [Tomado y editado de Wikipedia]

La autonomía del proletariado, entonces, es su capacidad de luchar sin intermediarios ni representantes ni jefes (burgueses ni proletarios, de derecha ni de izquierda): luchar directamente, dotándose de organización, conciencia y dirección por sí mismo, sobre la base de su experiencia de vida y de lucha, para su autoemancipación y autotransformación. Es autoactividad y autoorganización de las masas proletarias (ej. soviets o consejos de trabajadores, asambleas territoriales, etc.) por fuera, en contra y más allá de todas las instituciones y organizaciones del Capital, el Estado, partidos, sindicatos, iglesias, ongs, universidades, etc. De hecho, la autonomía proletaria sólo se conquista en el proceso histórico e internacional de las luchas concretas contra la heteronomía capitalista, estatal, partidaria, sindical, religiosa, etc.; es decir, en la lucha por recuperar el control sobre la propia vida colectiva e individual. 

El proletariado es una clase revolucionaria cuando lucha como una clase autónoma, no para conservarse como tal, sino para abolirse como clase, asumiendo la autoorganización de toda esta lucha. Lo cual le hace entrar en antagonismo irreconciliable con todas las divisiones, jerarquías, intermediaciones y representaciones del orden capitalista. Antagonismo de clases que sólo se puede resolver mediante la revolución o la contrarrevolución, cuya piedra angular es la reproducción o no del proletariado como clase explotada y heterónoma, y cuyo primer paso es la autoorganización del proletariado.

El leninismo -el jacobinismo o revolucionarismo burgués- es lo contrario de la autonomía proletaria: el primero conduce a, y prefigura, la contrarrevolución burocrática y el capitalismo de Estado “en un solo país”; la segunda, a la autoemancipación del proletariado, el derrumbe del capitalismo y la revolución comunista mundial. Por eso el "trabajo de base" que hacen los partidos leninistas reproduce la heteronomía de la sociedad y el Estado actuales y, por lo tanto, termina siendo lo contrario de la autonomía y la acción directa del proletariado para combatir y emanciparse del Capital y el Estado. [Nota del Editor]

[2] Es muy probable que el trabajo de base se origine y fundamente en el dolor misionero católico (sacrificio, caridad, culpa ...). Maldito legado de las comunidades eclesiales de base y sus pastores. [No en vano en eso también se parecen las sectas religiosas (evangélicas y católicas) y las sectas políticas (en especial, las sectas leninistas -en todas sus variantes-): en que ambas hacen trabajo de base en los barrios populares y compiten entre sí para ver quién organiza, recluta, adoctrina (“concientiza”) y dirige a más proletarios, como si estos fuesen objetos contables, acumulables y manipulables.]

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Segunda Parte: Autonomía, "clase media" y autoabolición del proletariado 

1 de febrero de 2021

[Memoria] Sobre Severino di Giovanni y «El derecho al ocio y a la expropiación individual»

El contexto y el personaje de Severino di Giovanni (Italia 1901-Argentina 1931) ya no existen y no volverán. Hablar sobre él en este día, a 90 años de su fusilamiento, no tiene nada que ver, entonces, con la nostalgia ideológica y romántica por el pasado del movimiento revolucionario y sus "héroes" (ej. Durruti), con el culto a la personalidad, ni con el anarquismo expropiador e insurreccionalista -al cual respetamos pero también le tenemos algunas críticas compañeras-. Lejos estamos nosotros de todo aquello.

Tiene que ver con la reivindicación del ocio y la expropiación, practicados y teorizados por Severino di Giovanni, porque los consideramos como unos medios (la expropiación) y fines (el ocio) de la lucha de clase del proletariado contra el mundo del trabajo, la propiedad privada y el capital, junto con su Estado y su moral, en el ciclo histórico actual de la lucha de clases -en el cual la crisis del capital es crisis del trabajo-. Golpear al trabajo y la propiedad privada -y nosotros agregaríamos: golpear al valor, a la mercancía y su fetichismo- es golpear donde realmente le duele al capitalismo.

Entonces, hablar de di Giovanni hoy en día nos hace sentido porque estas prácticas y estas ideas anti-trabajo y pro-expropiación han existido, existen y existirán por parte de nuestra clase y su vida en conflicto con el capital y el estado, hasta abolirlos. Severino sólo fue un proletario más que hizo esto como una partícula individual activa más del movimiento social real, histórico y mundial de negación, supresión y superación del orden de cosas actual: el comunismo -no el marxismo-, la anarquía -no el anarquismo-. En este estricto sentido, es que recordamos y reivindicamos a este compañero histórico.

Ésto último hay que reivindicarlo también frente al mito del Severino "anarco-individualista" (que, a su vez, abona el culto a su personalidad en filas anarquistas): el mismo Severino tenía clarísimo que formaba parte de -en sus propias palabras- «el despertar del león proletario en la guerra de clases». Por eso comprendía e implicaba su acción individual como acción de clase contra clase. Al igual que lo hicieron muchos otros anarquistas expropiadores y "terroristas" de aquella época (ej. galeanistas como Sacco y Vanzetti o, unos años antes, los anarquistas de Bialystok).

De igual manera, y al igual que todo compañero histórico, Severino no está a salvo de haber tenido contradicciones y limitaciones ni de haber cometido errores y horrores; por lo tanto, no está a salvo de la necesaria «crítica despiadada» por parte de las actuales generaciones de proletarios en lucha para seguir avanzando en la praxis revolucionaria de autoemancipación del proletariado para dejar de serlo. Al fin y al cabo, la historia de la práctica y la teoría revolucionarias es un arsenal que hay que saquear y empuñar para ello. Irónica pero lógicamente, Severino estaría de acuerdo.

Dicho esto, compartimos «El derecho al ocio y a la expropiación individual», texto del propio di Giovanni publicado en el número 8 (mayo 2007) de la edición en papel de la revista «Rojoscuro» (Santiago de Chile). Revista y blog que respetamos, mas no compartimos su ideología insurreccionalista. Sin embargo, coincidimos con ellos en la necesidad y la reivindicación de la violencia revolucionaria practicada por el proletariado contra el Capital-Estado, la propiedad privada, el trabajo (sobre todo el trabajo, tan odiado y atacado con razón en este texto de di Giovanni).

Hoy hay que ir más allá: la violencia revolucionaria para abolir el valor y al mismo proletariado, entendida y practicada no como un fin en sí misma, sino sólo como un medio. Porque nuestra mejor arma es la solidaridad antagonista de clase (para abolir las clases), no la violencia por la violencia ni las armas por las armas. Solidaridad antagonista sin jerarquías ni mercancías-germen de comunismo y anarquía que, en determinadas circunstancias, eso sí, habrá que defender con violencia y armas frente a la brutal violencia estatal del capital. 
 
Quito, 1 de febrero de 2021

***

«Por qué publicar hoy a Severino Di Giovanni

Las primeras décadas del siglo XX estuvieron marcadas en el mundo por una gran agitación social, producto de cambios estructurales, guerras imperialistas y de la consolidación de una clase proletaria cada vez más fuerte y que desarrollaba a vasta escala su asociacionismo. Entonces la revolución social era un proyecto tangible y urgente (2). Las discusiones se centraban en las formas de acción del proletariado y en cómo se desencadenaría el proceso revolucionario. Años muy marcados por las ideas anarquistas.

La corriente anarquista comportó diferentes tendencias. Algunas de ellas fueron las de los anarcosindicalistas, anarquistas expropiadores, anarquistas pro-bolcheviques, pacifistas, educacionistas entre otros. Las diferencias llegaban a ser abismales entre estos grupos y sus disputas solían ser violentas. Un ejemplo de esto fue el ajusticiamiento de López Arango, adjudicado a Severino. Y muy esclarecedores fueron los atentados de "La Protesta" contra el periódico "Pampa Libre" ( con muertos y heridos ), pues "La Protesta" siempre se opuso a los vengadores y expropiadores y a las formas de lucha radicales. Como siempre, los pacifistas nunca han tenido problemas con usar la violencia contra los sectores díscolos y contra los revolucionarios.

Pero más allá de estas divergencias internas, que expresan una profunda diferencia de clase dentro del propio movimiento anarquista, Severino fue uno de los revolucionarios más importantes de la época. Según un compañero « la discusión sobre la expropiación siempre fue planteada dentro del movimiento proletario y, en particular, entre los autodenominados anarquistas. Lo importante de este texto es la claridad con la que se denuncia el mito del trabajo y se reivindica el accionar de los expropiadores (….) El autor de nuestro texto nunca condena la expropiación, ni tampoco la expropiación individual, sino que la reivindica abiertamente, denunciando a todos aquellos que decían que hay que esperar que las masas se rebelen, y hasta entonces agachar el lomo. E incluso está de acuerdo con la expropiación per se (…), aunque considera que en estos casos no se puede pedir la solidaridad del movimiento anarquista en general. Y ello se dice porque los Abad de Santillán y compañía acusaban a los expropiadores de vivir de esos fondos y de pasárselos a presos, para los cuales no se habían recaudado (3). Todo esto para decir que el problema de la expropiación siempre ha sido una discusión clave dentro del movimiento proletario». Efectivamente, las ideas de Di Giovanni resultan aún más interesantes si consideramos que se trataba de una época que vivía también una constante apología del trabajo, idea defendida tanto por los gobiernos nacionalistas, populistas, como por el estalinismo; los cuales no sólo cantaban las supuestas glorias del trabajo, sino que sancionaban su obligatoriedad con el terrorismo de estado. Son los años de inicio del nazismo y también de los Frentes Populares.

La práctica de Severino se puede sintetizar en los siguientes planteamientos: Discurso contra el trabajo asalariado y el Estado; a favor de la expropiación; internacionalista; que hace referencia constante al proletariado y no sólo a los individuos; fuerte discurso anti URSS y anti bolchevique; y que tuvo la lucidez de ser crítico y de estar en contra de los "anarquistas" moderados, los que al final son sólo una sección más de la socialdemocracia (4). Además defendía la idea de un paso inmediato al comunismo, y a favor de la lucha armada y de acciones individuales contra el Estado (sabotajes, liberación de presos por la fuerza, piquetes de huelga, etcétera).

Para Severino ya habían sectores revolucionarios que estaban listos para actuar, mientras otros grupos sustentaban que había que seguir acumulando fuerzas y esperando que se dieran las condiciones para la revolución. Di Giovanni criticaba abiertamente la idea de que la lucha más violenta sólo podía iniciarse una vez desencadena la revolución, momento en el que el conjunto de la clase proletaria está lista para lanzar la insurrección armada.

Según él la revolución es un acto colectivo, pero es un proceso que requiere de un cambio cultural de largo plazo, que trasciende la vida de un hombre; por eso afirmaba que 
«no tenemos más que una vida y ésta se precipita hacia su fin con la rapidez del relámpago. La existencia del hombre con relación al tiempo no es verdaderamente más que un instante fugaz. Si se nos esfuma este instante, si no sabemos extraerle el jugo que en forma de alegría nos puede dar, nuestra existencia es vana y desperdiciamos una vida de cuya pérdida no nos resarcirá la humanidad. Por lo tanto, es hoy cuando debemos vivir, no mañana. Es hoy cuando tenemos derecho a nuestra parte de placeres, y lo que hoy perdemos el mañana no nos lo puede restituir: está definitivamente perdido. Por eso es que hoy queremos gozar nuestra parte de bienes, es que hoy deseamos ser felices (….) No hay, por lo tanto, felicidad posible para el trabajador que durante toda su vida está ocupado en resolver el terrible problema del hambre.» (El derecho al ocio y a la expropiación individual, 1933)
Severino y el grupo dentro del que estaba organizado fue un polo de agrupación de revolucionarios con una verdadera práctica internacionalista. Desde la composición del grupo (militantes de Italia, Argentina, Chile y Uruguay) hasta los contactos que mantuvieron con revistas de Nueva York, Francia y con los anarquistas de Montevideo dan prueba de esa práctica internacionalista que desarrolló el colectivo del « perturbador » italiano. Sin etiquetarse bajo ningún nombre, esta fracción del proletariado editó varios periódicos revolucionarios como Anarchia y Cúlmine, además de la labor editorial de algunos libros desarrollada por el propio Severino.

Dentro de los varios grupos llamados obreros autónomos de esos años en la zona del Río de la Plata, que reivindicaban la lucha frontal, la acción directa, quizás Severino fue uno de los exponentes más espectaculares. Sus acciones y su discurso tuvieron mucha repercusión en otros grupos, y causó particularmente mucha simpatía entre los insurreccionalistas de Nueva York, nucleados en el ya nombrado periódico "L’Aldunata dei Refrattari", quienes le dedicaron un emotivo número a los compañeros Severino y Paulino Scarfó tras sus fusilamientos.»

***
«Todos vosotros sabéis que el trabajo honrado, el trabajo que no explota a otros, no ha creado nunca, en el presente sistema, el bienestar de persona alguna y mucho menos, su riqueza puesto que esta es el fruto de la usura y de la explotación, las cuales no se diferencian del crimen más que en las formas exteriores. Después de todo, no nos interesa un relativo bienestar material obtenido por la extenuación de nuestros músculos y de nuestro cerebro: queremos, sí, el bienestar adquirido por la posesión completa, absoluta del producto de nuestro esfuerzo, la posesión incontrastable de todo aquello que sea creación individual.
Estamos, entonces, consumiendo nuestra existencias a total beneficio de nuestros explotadores, persiguiendo un bienestar material ilusorio, eternamente fugitivo, jamás realizable en una forma concreta, estable, porque la liberación de la esclavitud económica no nos podrá llegar por medio de un aceleramiento de nuestra actividad en la producción capitalista, sino con la creación consciente, útil, y con la posesión de lo que se produce.
Es falso decir: "una buena recompensa, un buen salario por una buena jornada de trabajo". Confiesa esta frase que deben existir los que producen y los que se adueñan del producto, y que después de haber quitado una buena parte para ellos -aún no habiendo participado en su creación- distribuyen, en base de criterio y principios absurdos, enteramente arbitrarios, aquello que creen conveniente darle al verdadero productor. Establece la retribución parcial, el robo, la injusticia: consagra, por lo tanto, de hecho, la explotación.
El productor no puede aceptar como base equitativa y justa la retribución parcial. Solamente la posesión integra puede establecer las bases de la Justicia Social. Por consecuencia, todo concurso nuestro a la producción capitalista es un consentimiento y una sumisión a la explotación que se ejerce sobre nosotros. Cada aumento de producción es un remache más para nuestras cadenas, es agravar nuestra esclavitud.» 
 
[...]
«No productores, es cierto, pero no cómplices. No productores, sí; ladrones si queréis –si vuestra poltronería tiene necesidad de otra ruindad para consolarse–, pero no esclavos. Desde hoy, cara a cara, mostrando los dientes al enemigo. Desde hoy, temidos y no humillados. Desde hoy, en estado de guerra contra la sociedad burguesa. Todo, en el actual mundo capitalista, es indignidad y delito; todo nos da vergüenza, todo nos causa náuseas, nos da asco. Se produce, se sufre y se muere como un perro. Dejad, al menos, al individuo la libertad de vivir dignamente o de morir como hombre, si vosotros queréis agonizar en esclavitud.»
Severino Di Giovanni

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1 de octubre de 2020

[Ecuador] Si el gobierno nos impone un nuevo paquetazo y represión, ¡impongámosle una nueva revuelta proletaria!

 SI EL GOBIERNO NOS IMPONE UN NUEVO PAQUETAZO Y REPRESIÓN,

¡IMPONGÁMOSLE UNA NUEVA REVUELTA PROLETARIA!

Las últimas medidas tomadas por el gobierno empresarial de Moreno (aumento del precio de los combustibles, nuevas tasas de los bancos, veto del código orgánico de salud, recorte presupuestario para educación y salud, denuncia del ministro de trabajo a los trabajadores en huelga de Explocen) son nefastas porque precarizan aún más nuestras vidas (miles de despedidos, informales, contagiados, muertos, violaciones y femicidios) y le dan más riqueza y más poder a la clase de los capitalistas explotadores, sus políticos y sus perros guardianes de uniforme. Las protestas de los explotados y oprimidos en las calles están más que justificadas. Saludamos además que sean continuas y que se junten poco a poco, con la Revuelta de Octubre de 2019 en la memoria.

Pero también es necesario que las luchas de nuestra clase se autocritiquen para poder avanzar. La lucha proletaria no es una lucha por “derechos democráticos y constitucionales”, porque éstos no son más que migajas de “bienestar” y “libertad” del Estado Capitalista. ¿Que se han “conquistado históricamente” con luchas y muertos? Sí, pero al fin y al cabo son migajas, y nuestras condiciones materiales de existencia han empeorado. La lucha proletaria es la lucha por las necesidades humanas concretas de clase contra las necesidades inhumanas de explotación y acumulación del Capital; y, en última instancia, es la lucha por imponer sin diálogo ni debate con el enemigo de clase nuestras necesidades vitales contra este sistema de muerte.

Es hipócrita y risible que los burgueses y los ciudadanos de bien se quejen de que en las marchas se daña las paredes y “el patrimonio”. Porque ellos nos han arruinado nuestras vidas. Lo están haciendo en estos momentos con sus medidas violentas desde arriba y con su normalidad violenta desde abajo. Y sobre todo, porque los proletarios lo hemos construido todo y, por lo tanto, podemos destruirlo todo y crearlo todo de nuevo y mejor para todos. Así que ¡dejemos de luchar por migajas y vamos por Todo! ¡Vamos hacia la Vida!

Para esto, no necesitamos intermediarios, representantes, líderes ni salvadores. Nadie salva a nadie. Los trabajadores nos emancipamos a nosotros mismos y juntos, con cabeza y mano propias. Así que dejemos de confiar en representantes de izquierda y de derecha, porque ellos sólo quieren usarnos como carne de cañón para sus propios intereses políticos y económicos. Preparemos nuestras fuerzas y confiemos solamente en ellas, proletarios: al fin y al cabo, somos la mayoría de la población y ya es hora de que el miedo cambie de bando. Pero no para enaltecer nuestra condición de clase explotada y oprimida, sino para suprimirla y superarla.

El próximo año es de circo electoral, pero sin pan. En las elecciones, los electores en realidad no eligen nada. Esta es una ilusión social de participación y de decisión política por parte de la borreguil “ciudadanía”. El Estado es el monopolio de la decisión y la violencia. La democracia es la dictadura de los ricos sobre los pobres. Derecha e izquierda compiten y se alternan en la administración del Estado, es decir en la administración de nuestra dominación y explotación. Además, las elecciones desmovilizan, y no debemos permitir que esto pase. Entonces ¿Voto Nulo? No se trata sólo de votar nulo o de no votar y ya. Se trata de luchar y organizarnos para recuperar el poder sobre nuestra vida en común y que ésta merezca tal nombre: una vida sin propiedad privada, sin mercancía, sin explotación asalariada, sin clases, sin patrones ni jefes, sin gobernantes, sin Estados y sin fronteras ni violencias nacionales, de “raza” ni de género. Esto no es una utopía. Es necesario, posible y urgente.

Si el gobierno nos impone un nuevo paquetazo y represión, ¡impongámosle una nueva Revuelta Proletaria!, caracterizada por la autoorganización, la solidaridad, el apoyo y el cuidado mutuos, la unidad, la diversidad, la creatividad y la combatividad de nuestra clase harta de serlo. Una revuelta que se critique a sí misma, se supere y se transforme en Revolución Social, es decir en destrucción y superación del capitalismo que nos destruye a diario, aquí y en todas partes.

 

¿Trabajo? Vivir para trabajar y pagar para vivir no es vivir. Es esclavitud asalariada o moderna.

¿Educación? La educación actual forma esclavos modernos (y postmodernos).

¿Salud? Al sistema no le importa nuestra salud, sino para que produzcamos, consumamos y votemos.

¡Ya Basta! ¡Nuestras Vidas Antes que Sus Ganancias!

¡Dejemos de luchar por migajas! ¡Vamos por Todo! ¡Vamos hacia la Vida!

¡Autoorganización, Acción Directa, Autoeducación, Cuidado Mutuo y Solidaridad Proletaria!

¡Contra el Capital-Estado, la Democracia y las Elecciones! ¡Por la Abolición de la Sociedad de Clases!

unos proletarios cabreados de la región ecuatoriana

por la revolución comunista y anárquica mundial

proletarioscabreados@riseup.net

Quito, 1° de Octubre de 2020

25 de mayo de 2020

[Ecuador] Contra el nuevo "paquetazo" de este gobierno explotador y asesino, ¡hagamos una nueva revuelta proletaria!


El nuevo “paquetazo” del gobierno ya es un hecho en este país: reducción de los salarios y de la jornada de trabajo, despidos masivos, recorte del presupuesto para la educación y la salud, privatizaciones, y aumento del precio de la gasolina, por ende, de todos los productos de la canasta básica. Todo esto, en medio de la actual crisis sanitaria y económica. Por lo tanto, la gente de a pie que si no trabaja no come (la mayoría de la población) debería levantarse en contra de estas medidas tal como lo hizo en Octubre. Sí: deberíamos hacer una nueva revuelta, gente, porque estas medidas son peores que las de Octubre: nos precarizan y empobrecen aún más de lo que ya estamos, mientras los empresarios y sus políticos siguen acumulando más riqueza y poder a costa de nuestra explotación y dominación; es decir, a costa de robarnos, engañarnos y reprimirnos. 

Es más, todo lo que ha hecho este gobierno empresarial, mafioso y asesino de Moreno-Sonnenholzner-Martínez-Roldán-Romo-Jarrín durante los últimos meses, aprovechándose de la pandemia y la cuarentena obligatoria, es mucho peor y condenable que lo que hizo en Octubre (miles de contagiados, muertos, presos y despedidos). Por eso mismo, en las últimas semanas y días, nuestra clase trabajadora (que incluye a los informales y los desempleados) ya reaccionó protestando en las calles, a pesar del coronavirus y la dictadura sanitaria impuesta por el Estado. Y lo más probable es que continúe protestando en los próximos días y semanas, como debe ser. Pero no se sabe hasta cuándo ni hasta dónde.

En caso de acontecer una nueva revuelta en este país, es posible que, así como en la Revuelta de Octubre del año pasado se luchó por la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883, esta vez se luche por la derogatoria de los Decretos Ejecutivos 1053 y 1054. Todas las izquierdas de aquí, o la mayoría de ellas, estarán de acuerdo en ello. Sin embargo, esta vez no hay que conformarnos con migajas legales e institucionales, gente. Eso de por sí ya fue y ya sería una derrota, aunque parezca lo contrario. Es decir, no hay que conformarnos con luchar por la “inconstitucionalidad” de tales leyes ni fantasear con elecciones presidenciales y un “gobierno obrero, campesino, indígena y popular”, como lo hacen las organizaciones de la izquierda del Capital. Porque las leyes, las elecciones y las instituciones son armas del Estado de los ricos y poderosos contra nosotros los explotados y oprimidos. No se puede combatir y destruir este sistema en su mismo terreno y con sus propias armas. Eso es “darle más poder al Poder”. Por el contrario, hay que hacer real aquella consigna que se ha escuchado en las últimas protestas: “con la fuerza de los trabajadores, romper las leyes de los explotadores”; y romper todo su poder económico, político, militar, mediático e ideológico.

Las revueltas proletarias deben criticarse a sí mismas, aprender de sus propios errores, tensionar y superar sus propias contradicciones, para no quedar atrapadas en el terreno de la clase explotadora y dominante, sino para romper con el orden establecido y transformarse en la revolución social que hoy en día es más necesaria y urgente que nunca, dada la actual crisis total del sistema capitalista que está destruyendo a la humanidad y la naturaleza. La revolución social, no para poner en el poder a ningún partido político de izquierda, sino para defender y regenerar la Vida misma que hoy está en riesgo.

Claro que para lograr algo así hay que empezar luchando por unas demandas mínimas (de trabajo, salud, vivienda, educación, tiempo libre) y con un mínimo de autoorganización colectiva (de la bioseguridad, la alimentación, el transporte, la comunicación y la autodefensa). Pero también hay que ir más allá de esto: hay que superar los propios límites de la revuelta. Al fin y al cabo, la revolución es la generalización y radicalización de todas las reivindicaciones o necesidades de los explotados y oprimidos para dejar de serlo. Y la organización es la organización de las tareas que esta lucha de clases para abolir la sociedad de clases exige. En la cual, el apoyo mutuo y la solidaridad han sido, son y serán nuestras mejores armas.

Entonces, si salimos a protestar a las calles a pesar del riesgo de contagio, el toque de queda y la amenaza de represión legal por parte del gobierno, que no sólo sea por rabia, hambre, desesperación y con la Revuelta de Octubre en la memoria (lo cual es totalmente legítimo y valioso). Salgamos a protestar a las calles con algunas ideas claras y autocríticas, gente: no luchemos por esas migajas democráticas del Estado de los ricos y poderosos llamadas “derechos”, ni tampoco como rebaños de ningún partido ni sindicato de izquierda que diga ser nuestro “líder y salvador”. Luchemos con cabeza y mano propias como los nadies que lo queremos todo. Porque los nadies, es decir los proletarios y las proletarias, hemos producido todo lo que existe y, por lo tanto, podemos destruirlo todo (las ruinas no nos dan miedo) y podemos crear algo totalmente nuevo y mejor que lo destruido, por y para nosotros mismos, sin necesidad de jefes, representantes ni intermediarios.

Todo esto, no es una cuestión de ideología política; es una cuestión de vida o muerte en estos tiempos de crisis económica, sanitaria, ecológica y civilizatoria. Tarde o temprano, hasta los “apolíticos” y “neutrales” que se creen “clase media” saldrán a protestar a las calles por esta razón. Todo lo dicho aquí, además, aplica no sólo para Ecuador y para la coyuntura local que se está abriendo, sino para todo el mundo (desde Chile hasta China) y para toda esta época. Por lo cual, hacemos un llamado a desatar la revuelta proletaria sin vuelta atrás aquí y en todas partes.

¡ABAJO EL PAQUETAZO, EL GOBIERNO, EL CAPITAL Y EL ESTADO!
¡NO LUCHEMOS POR MIGAJAS NI PACTOS!
¡LUCHEMOS SIN JEFES, REPRESENTANTES NI INTERMEDIARIOS!
¡CONTRA LA EXPLOTACIÓN Y LA MUERTE, VAMOS HACIA LA VIDA!
¡LA REVOLUCIÓN ES LA VIDA!

Unos proletarios cabreados de la región ecuatoriana
por la revolución comunista y anárquica mundial

Quito, 25 de mayo de 2020



25 de septiembre de 2019

DESTRUIR EL CAPITALISMO PARA ACABAR CON LA DEVASTACIÓN DE LA NATURALEZA Y LA HUMANIDAD

CONVOCATORIA SEMANA DE LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO Y TODA NOCIVIDAD 20-27 SEPTIEMBRE 2019: https://tarcoteca.blogspot.com/2019/03/convocatoria-madrid-bloque-anarquista.html

CON EL CAPITALISMO NO SE DISCUTE, AL CAPITALISMO SE LE DESTRUYE, O ÉL NOS DESTRUIRÁ COMO HOY LO ESTÁ HACIENDO. ORGANIZACIÓN, REFLEXIÓN Y ACCION!!!!!


Diversas instituciones, grupos ecologistas, organizaciones sindicales, grupos estudiantiles, reunidos bajo el nombre de ´Frifays for future´ han convocado la llamada ´Semana por el clima´ del 20 al 27 de septiembre. Básicamente esta semana consiste en manifestaciones  programadas, alienantes en las que pedir al Estado y otras instituciones (ONU, G7…) que pongan remedio o tomen medidas ante el desastre que están causando. En su discurso simplista, recuperador y dirigista enningún momento critican la causa de la devastación en curso: el capitalismo tecno industrial y su organización técnica del mundo. Son aquellos que critican el cambio climático sin criticar a quienes loproducen: tienen un cadáver en la boca, aquellos que defienden el mito del progreso, del desarrollo sostenible y de una vida ´cómoda´ a cambio de la esclavitud y de mercantilizar todo aspecto de nuestra vida, una vida vendida a la dominación tecnológica. Son aquellos que han comprado en el supermercado de la rebelión el nuevo producto de moda: el cambio climático Fridays for future? Hoy más que nunca el futuro no existe, vivimos en un eterno presente y cualquier vestigio del pasado ha sido borrado. Las prótesis tecnológicas que nos rodean y colonizan nos hacen vivir en un sonambulismo continuo, donde la catástrofe no está por venir como se empeñan en advertirnos con su venda en los ojos, la catástrofe es aquí y ahora, la catástrofe es el capitalismo tecno industrial, la catástrofe es esta vida alienante dirigida por los algoritmos de nuestros ´asistentes virtuales´, la catástrofe es un mundo ya devastado por la industria.

El cambio climático, más bien deberíamos hablar de modificación climática, es una más de las miles de consecuencias nocivas de la revolución industrial (la única revolución que iniciada hace dos siglos ha llegado a todos los puntos del planeta y colonizado y mercantilizado todo lo vivo) el cambio climático es indisociable del sistema tecno industrial: deforestación, acidificación de los océanos, desertización, extinción de miles de especies animales y vegetales, miles de productos químico-toxicos que condenan nuestra existencia, contaminación de tierra, aire y agua son sólo algunas de todas las nocividades, de todas las consecuencias de este sistema. Creemos entonces que hablar sólo de cambio climatico sin criticar el sistema tecno industrial es caer en un reduccionismo es no ir a la raíz del problema.

El cambio climático y todas las nocividades son las consecuencias del proyecto de la tecnocracia que gestiona y administra nuestras vidas. Un proyecto que consiste en colonizar, dominar y mercantilizar todo lo vivo. Una vez colonizada y dominada la naturaleza el objetivo son los seres humanos, un proyecto basado en la convergencia de las tecnologías conocidas como NBIC (nanotecnologias, biotecnologias, tecnologias de la información, ciencias cognitivas) a las que podriamos añadir robotica e inteligencia artificial, su codicia y avaricia no tiene fin. Si semercantiliza todo hasta nuestras actividades más cotidianas los beneficios no parán de aumentar. Convertir el mundo y todo lo que habita en ello en una máquina programada donde nada escapa a su control: mundo-máquina, humano-máquina. Lo que nos lleva a una visión mecánica del mundo de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.

El sistema tecno industrial necesita de grandes cantidades de energía para poder funcionar, cientos de programas de investigación con inversiones multimillonarias están dedicados a encontrar nuevas fuentes de energía. Esta necesidad de energía para que el mundo funcione tiene como consecuencia la devastación del territorio y la aniquilación de millones de animales humanos y no humanos. La energia industrial mueve el mundo es necesaria para la producción y distribución de todos esos objetos innecesarios que encontramos a nuestro alrededor, es la economía y es la guerra. El sistema ha comprendido y ha visto como un gran negocio que sólo las energías ´renovables´y ´limpias´permitirán su expansión y supervivencia, el nuevo proyecto de la tecnocracia es ´renovable´y ´sostenible´es ecológico. Este nuevo proyecto se extiende igualmente por todo el territorio desde los desiertos industriales de paneles solares y campos eólicos ( causantes también del cambio climático, devastación del territorio, canceres etcc)…) hasta las eco-ciudades (no-lugares donde todo esta controlado, optimizado y automatizado eso si de verde e igualmente productoras de cientos de nocividades y de una vida alienante). Así defender la energía verde es defender el proyecto que nos dirige a gran velocidad, a ritmo del progreso, hacia el abismo, es defender el proyecto de quienes están creando un mundo totalitario, es defender el proyecto de aquellos que gestionan y administran nuestras robotizadas vidas.

Por ello hacemos un llamamiento a una semana de lucha contra el cambio climático y toda nocividad del 20 al 27 de Septiembre. Desde una perspectiva anarquista, que desborde los limites impuestos por la socialdemocracia. Una semana más en la que mediante la acción directa en cualquiera de sus formas los diferentes individuos y grupos se enfrenten al sistema tecno industrial. La semana del 20 al 27 de setiembre es sólo una meta para el ecologismo liberal y estatista, pero para aquellos que aspiramos a la eliminación del estado, del capitalismo, el patriarcado y el sistema tecnoindustrial es una oportunidad para desbordar los estrechos márgenes de la domesticación e iniciar una vía autónoma, anticapitalista y anarquista contra la nocividad tecnoindustrial.

Ni el Estado ni la tecno-ciencia nos salvarán. La lucha es el único camino.

AMENAZADOS POR UNA CRISIS CLIMÁTICA PROVOCADA POR EL CAPITALISMO

Una vez el alud de datos y estudios hace irrebatible la realidad del cambio climático y que el entramado corporativo-capitalista se vea forzado a aceptarlo, ahora toca sacar provecho y convertir en una mercancía banal la acción en contra, en mercancía comercial y política para continuar extendiendo la dominación.

El desastre climático y sus impactos sobre la salud, la economía y los ecosistemas se ha convertido en instrumentos para profundizar y extender a todos los niveles de la vida (no solo la vida humana) del planeta. La angustia y la culpa se extienden y sirven a los intereses del sistema.

El sistema tecnoindustrial capitalista ha convertido la tierra en un infierno para millones de personas oprimidas, para miles de especies no humanas, animales y vegetales, y para los ecosistemas.

El resultado de la dominación climática y su mercantilización suponen el empobrecimiento y la alienación de la mayoría del mundo vivo, la destrucción de la biodiversidad y de miles de vidas humanas.

Toda esta mercantilización gira alrededor de una responsabilidad “compartida por todos, compartida como consumidores, y compartida por permitir que los políticos del estado, de la comunidad y del municipio lleven a cabo políticas devastadoras y efectúen simulacros, como las declaraciones de emergencia climática. Nunca se identifican los verdaderos responsables reales: los sistemas capitalistas, el estatal y tecnoindustrial que son los causantes finales del cambio climático.

¿CUALES SON LAS FUENTES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO? Y ¿QUIÉNES SON LOS EMISORES?

No se suele destacar que el 79% de los gases de efecto invernadero provienen directamente del sistema tecnoindustrial (la generación de energía, el transporte, la industria y la agricultura industrial) y sólo el 11,5% de los sectorrs residencial y comercial (IPPC 2015), otros estudios atribuyen a la ganadería el 14,5 (FAO 2013), la producción y distribución de alimentos seria del 25%, como podemos ver los valores de emisiones varían mucho según la fuente. Queda claro, sin embargo, que el sistema tecnoindustrial genera por encima del 80% de las emisiones.

Los medios de comunicación desvían la atención, escoden las responsabilidades del sistema y desvían las culpas sobre la población en general, los que emiten este pequeño 6%, los pobres que viven en pisos mal aislados, los trabajadores que se desplazan a polígonos lejanos sin transporte público, los desfavorecidos que consumen alimentos industriales superprocesados y que no compran en la eco-tienda, por barreras económicas, culturales y sociales.

Hay otras muchas estrategias tramposas para culpabilizar a la gente, y para convertir esta culpa en mercancía, por ejemplo en el uso de plásticos, la mayor parte del plástico (el propileno y el polietileno,) proceden del petróleo, el 90% del plástico producido va directamente a usos industriales. Poco más del 10% se convierte en productos de consumo general, pero nos cuentan que la culpa de todo es de las pajitas de plástico y de las compresas, no nos hablan de las piezas de máquinas y aparatos, de los recubrimientos o de los embalajes industriales… o de tantos usos necesarios para perpetuar el sistema.

El cambio global tendrá efectos directos y graves, cada vez más extendidos, y los más desfavorecidos serán los que padecerán las consecuencias, los pobres, los habitantes de los países colonizados, las mujeres, las niñas, los niños…

Ante esto los bomberos profesionales de los conflictos, los recuperadores de revueltas, los domesticadores de salvajismos se están anticipando a las posibles reacciones que se producirán cuando sintamos los efectos de esta crisis provocada.

EL ACAPARAMIENTO CAPITALISTA DE LOS RECURSOS AGRAVA LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Ante la crisis, el capitalismo y los estados “desarrollados” para evitar sus efectos y especular con estos mismos efectos, están acumulando recursos. Tierras agrícolas en todo el mundo, minerales raros o imprescindibles para la industria… y, sobretodo, agua, que es una substancia imprescindible para la vida y para el funcionamiento de los ecosistemas.

Previendo la escasez del recurso , alrededor del agua se ha generado un movimiento especulativo muy intenso, los buitres de los fondos de inversión ya han puesto la mirada sobre ella a través de Fondos Cotizados de Inversión, los 13 fondos más importantes en el campo del agua acumulan 8.384 millones de euros, sólo en patrimonio y garantizan rentabilidades extraordinarias y continuadas. Según los desaprensivos de “Standard and Poor’s” el mercado del agua tendrá en el 2020 un valor de un billón (europeo) de euros.

Todo esto mientras el agua no es un recurso accesible (con la calidad necesaria) para todas las personas, todo esto pasa cuando centenares de millones de personas no disponen de un suministro de agua en condiciones y 2.000 millones se abastecen de agua con contaminación fecal.

EL CAPITALISMO HA PROVOCADO LA CRISIS CLIMÁTICA Y AHORA NOS QUIERE HACER PAGAR LAS SOLUCIONES!!… Y SEGUIR ACUMULANDO BENEFICIOS

Es inverosímil pensar que decenios de explotación, de deforestación, de destrucción de ecosistemas, de envenenamiento de los suelos, del aire y del agua, de vertido de residuos, de emisión de gases de efecto invernadero y de extractivismo galopante, no tendrían ningún efecto. Efectos que pagarán los de siempre.

Pero también es inverosímil pensar que la codicia, la avaricia, la prepotencia, la soberbia, la falta de escrúpulos y el afán de dominación del capitalismo y del sistema tecnoindustrial cederán ante las necesidades de las personas, de los ecosistemas y de la tierra. Solo una revuelta, una insurrección generalizada que les destruya podrá detener y poner solución a la devastación de la tierra y poner fin a la crisis climática.

Dentro de su lógica de dominación y de división territorial (estatal) del mundo hay una jerarquía que viene de antiguo que hunde sus raíces en la colonización y que se expresa como imperialismo y neocolonialismo (UE, EUA, Rusia, China…), donde los sometidos (menos las élites económicas y/o culturales de los países dominados) ocupan una posición subalterna y más vulnerable frente al cambio climático, al margen de la posición en la jerarquía mundial del país donde viven.

MIENTRAS HAYA CAPITALISMO LA DEVASTACIÓN SEGUIRÁ!!

De hecho capitalismo es sinónimo de cambio climático, desde sus orígenes hasta ahora mismo. Con la nocividad sobre los trabajadores industriales, con el hollín, el humo y tóxicos diversos sobre los barrios obreros, desde la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX, hasta el Bangladesh o la China del siglo XXI, nocividad extendida sobre todo el planeta y a la que hay que añadir los tóxicos de la agricultura industrial y los efectos del cambio climático generado.

El cambio global afecta sobretodo a los pobres que son los más afectados por los fenómenos meteorológicos extremos (tifones, huracanes, inundaciones, sequías…), la subida del nivel del mar y el aumento de enfermedades ligadas a la temperatura.

Mientras los ricachones, no solo escapan a sus efectos (disponen de la tecnología y el control sobre el territorio), sino que además sacan provecho: nuevas inversiones millonarias en energías renovables, obras públicas milmillonarias de prevención de los riesgos (protección de costas, obras hidráulicas, nuevas redes de comunicaciones…).

El control de los desplazamientos de población causados por el cambio, control de fronteras, también da grandes beneficios a las industrias del complejo militar/policial.

En resumen, una vez más un “negocio del siglo”, del siglo XXI, y con lo que quede, del siglo XXII.

Seguramente los dominadores de la tierra tienen algún as guardado en la manga frente a crisis futuras, una especie de habitación del pánico, que en términos generales supondrá seguramente militarización, control social y, “naturalmente”, más opresión y más dominación.

Se suele considerar que un 1% de la población mundial derrochan más del 50% de los recursos, en otras valoraciones se dice que un 5% consume el 90% de la energía… Son evaluaciones muy discutibles, pero todas van en el mismo sentido, una minoría insignificante se apodera de la mayor parte del pastel. Es fácil imaginar que si el consumo de materia, energía, alimentos… de este 5% se igualase al del resto del mundo se podría revertir el cambio climático, pero es impensable que este 5% renuncie voluntariamente a sus privilegios. Así que tomando la metáfora del navío hundiéndose, este 5% es el porcentaje que será necesario tirar por la borda si no se conforma.

Indudablemente oponerse a la dominación económica y cultural, oponerse a la devastación y a la destrucción de la tierra, oponerse al tecnocapitalismo y a los estados tendrá un coste, un coste para las personas y los ecosistemas, pero como se decía durante la revolución social de 1936 “no nos importa heredar un mundo en ruinas, porque llevamos un mundo nuevo dentro de nuestros corazones”.

La semana del 20 al 27 de setiembre es sólo una meta para el ecologismo liberal y estatista, pero para aquellos que aspiramos a la eliminación del estado, del capitalismo, el patriarcado y el sistema tecnoindustrial es una oportunidad para desbordar los estrechos márgenes de la domesticación e iniciar una vía autónoma, anticapitalista y anarquista contra la nocividad tecnoindustrial de la invariante economía capitalista, su democracia-dictadura y sus sempiternos Estados burgueses de derecha o de izquierda.

5 de julio de 2015

Sobre el referendo en Grecia

[Grecia] Único camino: el conflicto

                                                                                 INSURRECCIÓN

El domingo, 5 de julio del 2015, la democracia griega monta otro super-espectáculo, convocando a todos los ciudadanos con derecho a votar a participar en un referéndum, donde lo que está en juego -según nos cuenta el gobierno de SYRIZA-ANEL- es si será validada o no por parte del pueblo la política de la austeridad y de los recortes, o la política de una solución sostenible por la restructuración de la deuda griega y el restablecimiento económico, convocándonos a votar NO a la presentada como propuesta definitiva de los acreedores. Por otra parte, los que apoyan el SI en este referéndum, dicen que lo que está en juego es la permanencia o no del país en la Unión Europea y la zona monetaria del euro.
Durante toda la semana pasada, la propaganda del régimen fue bombástica, indiferentemente de la posición que se tomó en relación con el referéndum o los fines políticos para los que servía: con los bancos cerrados y las televisiones resonando por todos lados, con un bombardeo mediático de terror-esperanza en las calles, con miles de pacos atentos para proteger el orden de la ley. Para los que aún no entendieron de qué se trata, lo que experimentamos es el regreso total del parlamentarismo. En esta parafernalia democrática respondieron, desafortunadamente, muchos de aquellos que se definen como anarquistas/antiautoritarios/libertarios. Así se culmina el proceso de asimilación de una buena parte de los denominados “movimientos de resistencia” por parte de la izquierda gobernante y el reformismo, un proceso que ha estado en curso durante los últimos años, desde aquella época en que los indignados izquierdistas y derechistas no estaban en las sillas del Poder, sino en las plazas de todo el territorio.
Nosotrxs nos movemos con una lógica diferente y no reconocemos ninguna condición de urgencia, ni ningún estado de excepción, como capaz de hacernos abolir nuestras convicciones anarquistas y ponernos del lado de los estatistas, sea lo que sea el pelaje que estos lleven. Las referencias al interés popular en vista de una u otra versión del modelo económico que se nos van a imponer a nivel individual, microsocial y macrosocial son por lo menos ingenuas, si no son profundamente reaccionarias y contrarevolucionarias. Lo que buscamos no es cambiar un yugo con otro, supuestamente menos pesado, sino librarnos de una vez para siempre del conjunto de las relaciones de dominación, como estas se traducen en todos los aspectos de nuestra cotidianeidad. Y esto es algo que lo vamos a hacer con o sin el monstruo de muchas cabezas que se llama pueblo.
Lxs oprimidxs y lxs excluidxs, lxs parias y lxs marginadxs, lxs vagabundxs y lxs amotinadxs no hacemos tregua con el Poder en las urnas, no gritamos eslóganes de liberación nacional, ni consentimos en los cónclaves informales de la asambleocracia del entorno anarquista. No estamos ni con la democracia representativa, ni con la democracia participativa/directa, y por supuesto, no tragamos el cuento del grecocentrismo que nos quieren vender los patriotas de todo tipo. Sabemos bien que nuestra existencia es limitada y que aquellos años buenos que nos quedan los queremos vivir en libertad. Sabemos qué es lo que tenemos que proponer para el presente y el futuro a aquellxs que respiran el mismo aliento de rebelión, tanto aquí, como en cualquier parte del mundo: expropiaciones, sabotajes, enfrentamientos, disturbios, lucha con todos los medios por la liberación total. Además, sabemos que junto con todas nuestras negaciones y todas nuestras ganas destructivas, tenemos también la responsabilidad hacia nuestras propias proyectualidades a visualizar y llevar a la práctica una vida hecha a mano, una vida libre de la tiranía de la sociedad-fábrica, una vida ingobernable.
Fuerza a lxs que dentro y fuera de los muros guardan alzadas las banderas negras.

ANARQUÍA – DESESTABILIZACIÓN – ACCIÓN DIRECTA – INSURRECCIÓN


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Atenas: Intervenciones anarquistas contra el referéndum del 5 de julio


ABSTANCIÓN – SABOTAJE
ABSTENCIÓN – SABOTAJE
ABAJO EL ESTATISMO – VIVA LA ANARQUÍA
ABAJO EL ESTATISMO – VIVA LA ANARQUÍA
NI ELECCIONES – NI REFERÉNDOS
NI ELECCIONES – NI REFERÉNDOS

APLASTEMOS AL INTENTO DEL SISTEMA A GARANTIZAR LA ESTABILIDAD

LUCHA ARMADA POR LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO Y DEL CAPITAL

ATAQUE A LOS COMERCIANTES DE ESPERANZA

Algunas fotos de las intervenciones anarquistas (i, ii) en contra del referendum que se llevaron a cabo el 1/7 en el barrio de Exarchia, y el 2/7 en los barrios de Koukaki y Ano Petralona y el 4/7 en los Propileos. Las acciones fueron convocadas por lxs Anarquistas por la Desestabilización del Sistema. Durante los actos se gritaron consignas, se arrojaron octavillas, se repartieron textos, se realizaron pintadas, se eliminó propaganda electoralista y se colgaron 3 lienzos, uno en la plaza de Exarchia que reza “Ni izquierda, ni derecha administración – Conflicto en el presente por la destrucción del Estado y del Capital”, otro en la entrada de la Politécnica que reza “Ni elecciones, ni referendos – Sabotaje a los procesos institucionales” y el tercero en los Propileos que reza “Fuego a las urnas de la democracia – Anarquistas”.


[Tomado de Contra Info]