11 de enero de 2025

EL GRAN TERRORISTA ES EL ESTADO CAPITALISTA. O EL ESTADO COMO MAFIA

Sobre la desaparición forzada de “los 4 de Guayaquil”

La reciente desaparición forzada léase secuestro, tortura y asesinato de los 4 niños y adolescentes afroecuatorianos de un suburbio de Guayaquil, y la inmediata acción legal por parte de las Fuerzas Armadas del Ecuador a favor de la impunidad de los 16 militares culpables de la misma, es un CRIMEN DE ESTADO, porque el Estado capitalista es criminal. Es TERROR DE ESTADO, porque el Estado capitalista es terrorista. ¿Igual de terrorista que los GDO (Grupos de Delincuencia Organizada) o las mafias a las que tanto dice “combatir”? Sí, y peor aún, porque EL ESTADO ES LA MAFIA DE LAS MAFIAS… A continuación, basándonos en un texto clave de Jacques Camatte Sobre la organización (1972), desarrollamos algunas precisiones sobre este ABC conceptual de la crítica radical de la sociedad burguesa, tanto contra la derecha como contra la izquierda del Capital que andan ladrando al respecto.

Imagen tomada de Facebook

 1.  ESTE CRIMEN DE ESTADO NO ES EXCLUSIVO DEL GOBIERNO DE DERECHA DE NOBOA. Los gobiernos de Lasso y de Moreno también aplicaron terrorismo de Estado (para aplastar las revueltas de junio de 2022 y de octubre de 2019, respectivamente). El gobierno progresista de Correa también criminalizó y reprimió (Molleturo, Dayuma, etc.). El gobierno de derecha de Febres Cordero también desapareció gente (hermanos Restrepo, militantes de izquierda, etc.). Las dictaduras progresistas del Gral. Rodríguez Lara y del Triunvirato militar también lo hicieron (masacre obrera de Aztra en octubre de 1977, etc.). Lo mismo los gobiernos de Velasco Ibarra, Ayora, Tamayo (masacre obrera del 15 de noviembre de 1922), Alfaro, García Moreno, etc… En fin, TODOS LOS DIFERENTES GOBIERNOS DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR HAN COMETIDO CRÍMENES DE ESTADO. ¿Por qué? Porque EL GOBIERNO, YA SEA DE DERECHA YA SEA DE IZQUIERDA, SÓLO ES EL BRAZO, MEJOR DICHO, EL “TENTÁCULO” EJECUTIVO Y DE TURNO DEL “PULPO” DEL ESTADO, ENTENDIDO COMO LA RED CENTRALIZADA DE INSTITUCIONES DE DIVERSO TIPO DESDE LA CUAL SE ADMINISTRA DE MANERA PERMANENTE LAS RELACIONES CAPITALISTAS DE PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN SOCIAL, INCLUYENDO LA ADMINISTRACIÓN DEL MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA DE LA CLASE EXPLOTADORA SOBRE LA CLASE EXPLOTADA PARA MANTENER LA “PAZ SOCIAL”.

 

2.    EL ESTADO NO ES “NEUTRAL” NI “SOMOS TODOS” NI DEBERÍA “PROTEGERNOS” Y “GARANTIZAR DERECHOS”, como lloriquean los socialdemócratas. El Estado es: la junta que administra los negocios comunes de las diferentes fracciones de la burguesía (desde la agroindustria y la banca hasta el narcotráfico) + el monopolio de la violencia de los explotadores sobre los explotados a través de sus aparatos represivos (fuerzas armadas y policía: “chapas y milicos, sicarios de los ricos”) + el monopolio de la decisión de la clase dominante sobre la clase dominada a través de sus aparatos propiamente políticos (gobierno y parlamento) y legales (tribunales y juzgados) + los aparatos ideológicos (instituciones educativas y medios de comunicación) de la dominación de clase + los servicios públicos (algunos ministerios y empresas públicas) para administrar la reproducción de la fuerza de trabajo, del Capital y del orden social burgués. Todo esto es lo que realmente conforma la llamada maquinaria estatal, entendida como la institucionalización central de las relaciones sociales y de poder capitalistas. Por consiguiente, ESTE CRIMEN DE ESTADO NO ES UNA MUESTRA DE LA “DESCOMPOSICIÓN MORAL DE LAS FUERZAS ARMADAS”, SINO DEL TERROR DE ESTADO O DEL EJERCICIO DE SU MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA. A su vez, EL TERROR DE ESTADO NO ES “FALTA DE DEMOCRACIA” NI “FASCISMO”, sino un aspecto consustancial de la misma, porque la democracia en realidad es la dictadura social normalizada y legitimada del Capital a través de su Estado. LA DEMOCRACIA ES UNA DICTADURA DE CLASE: LA DICTADURA DEL EMPRESARIADO SOBRE EL PROLETARIADO. EL ESTADO ES INSEPARABLE DEL CAPITAL: ES EL ESTADO DEL CAPITAL, EL ESTADO-CAPITAL, EL ESTADO CAPITALISTA O EL ESTADO BURGUÉS. NO EXISTE NI PUEDE EXISTIR OTRO ESTADO EN LA SOCIEDAD ACTUAL. Por tanto, el Estado también es inseparable del mercado, mejor dicho, de la sociedad mercantil generalizada que es la sociedad capitalista: muy al contrario de lo que rebuznan los neoliberales (mal llamados “libertarios”), “LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO” NO FUNCIONA SIN “EL PUÑO DE HIERRO DEL ESTADO” Y VICEVERSA.

 

3.   Este CRIMEN DE ESTADO Y DE LESA HUMANIDAD también responde a la CRIMINALIZACIÓN DE LA POBREZA. ¿Por qué? ¿Porque los ricos odian a los “mugrosos” pobres? Es más profundo que eso: EN EL CONTEXTO ACTUAL DE SU CRISIS CATASTRÓFICA, PARA SEGUIR SOBREVIVIENDO, EL CAPITALISMO DESTRUYE TODO LO QUE YA NO PRODUCE VALOR: tecnologías, edificios, alimentos, ecosistemas… y personas. Más precisamente, EL ESTADO BURGUÉS DESTRUYE AL PROLETARIADO SOBRANTE Y RACIALIZADO DE LOS SUBURBIOS, SIN IMPORTARLE SI DENTRO DE ÉL HAY NIÑOS Y ADOLESCENTES, YA SEAN LOS DE UN SUBURBIO DE GUAYAQUIL O LOS DE ESE GRAN SUBURBIO QUE ES GAZA. El Estado-Capital no tiene piedad ni ética, porque su razón de ser es proteger de manera violenta la dictadura social de la valorización del valor sobre las necesidades y las vidas humanas, violando incluso sus propias “leyes constitucionales” y “derechos humanos”.

 

4.    ¿“NARCO-ESTADO” O ESTADO-MAFIA? ESTADO-MAFIA O EL ESTADO COMO MAFIA DE LAS MAFIAS. No sólo porque, tanto en Ecuador como en otros países de todo el mundo (Colombia, México, El Salvador, EE.UU., Italia, Albania, Rusia, China, Nigeria, etc.), el Estado trafica drogas (dentro de cajas selladas de banano) en puertos y aduanas con la participación de empresarios, banqueros, militares, policías y jueces… No sólo porque a veces hace negocios millonarios con los GDO y otras veces da bala y cárcel a algunos de sus miembros, en una suerte de espectáculo o show mediático llamado “conflicto armado interno”… No sólo por eso, sino fundamentalmente porque, de acuerdo con Jacques Camatte, DESDE SUS ORÍGENES HISTÓRICO-MUNDIALES (LA ÉPOCA DE LAS PRIMERAS EMPRESAS COMERCIALES Y EL ESTADO ABSOLUTISTA) Y MÁS AÚN DESDE LA ÉPOCA DE LA DOMINACIÓN REAL DEL CAPITAL SOBRE EL TRABAJO Y LA SOCIEDAD ENTERA (POST-SEGUNDA GUERRA MUNDIAL), EL ESTADO CAPITALISTA ES UNA MAFIA, UNA BANDA, UN «GANG» O UN «RACKET» QUE, AL IGUAL QUE EL DINERO, CUMPLE LA FUNCIÓN DE «EQUIVALENTE GENERAL» O MEDIADOR ENTRE MAFIAS PARTICULARES. DE MODO QUE LA SOCIEDAD CAPITALISTA SIEMPRE HA SIDO UNA SOCIEDAD GOBERNADA POR MAFIAS EMPRESARIALES QUE COMPITEN ENTRE SÍ Y CUYO MEDIADOR ES EL ESTADO-MAFIA.

 

«No sólo el Estado se alquila a gangs [mafias] empresariales, sino que se convierte él mismo en un gang (racket). No obstante, siempre desempeña un papel de mediador. […]

El Estado como equivalente general apareció, en su forma pura, durante la época de florecimiento de la ley del valor, en el período de la producción mercantil simple. Bajo la dominación formal del capital, éste último aún no domina la ley del valor, por lo que el Estado media entre éste y los restos de los demás modos de producción subsistentes, así como con el propio proletariado. En esta época, además, el sistema de crédito no está lo suficientemente desarrollado, y no ha engendrado al capital ficticio a gran escala. El capital todavía tiene necesidad del rígido patrón-oro. Tras el paso a la dominación real del capital, éste crea su propio equivalente general, que no puede ser rígido, como lo había sido durante el período de la circulación simple. El propio Estado tiene que perder su rigidez, y se convierte en una banda mediadora entre los diferentes gangs, entre la totalidad del capital y los capitales particulares. 

En el ámbito político asistimos a la misma transformación. El comité central de un partido o el núcleo de una agrupación cualquiera desempeñan el mismo papel que el Estado.»

Jacques Camatte & Gianni Collu (1972), Sobre la organización: las mafias (dentro y fuera del Estado) y el Estado como mafia

 

Imagen tomada de Facebook

HOY EN DÍA, EL NARCOTRÁFICO SÓLO ES LA CARA MÁS VISIBLE Y MONSTRUOSA DE LA NATURALEZA MAFIOSA DEL CAPITAL Y, POR TANTO, DEL ESTADO MUNDIAL HISTÓRICO, ya que se ha convertido en una rama muy rentable y poderosa de la economía política global capitalista; lo que quiere decir, que esta rama económica “ilegal” hoy da más ganancia y poder que otras ramas económicas “legales”. Por eso lo “ilegal” no puede funcionar sin lo “legal” y viceversa: la única ley que manda en la sociedad burguesa es la ley del valor, mientras que el dinero es su verdadero dios al que se le ofrendan en sacrificio millones de vidas humanas cada año. Y es que tanto al Estado capitalista ―a través de sus sicarios uniformados: los militares y los policías como a los carteles de la droga verdaderas empresas transnacionales no les importa asesinar de la forma más cruel y sanguinaria a niños y mujeres con tal de lucrar y dominar a la sociedad, sobre todo en estos tiempos de catástrofe generalizada y descomposición del capitalismo. Mientras más cruel y sanguinaria, más poderosa es tal o cual mafia: la realidad actual es peor que cualquier película de terror y de “gore”. En este contexto, EL ESTADO ES, POR ASÍ DECIRLO, MÁS MAFIOSO QUE LAS PROPIAS MAFIAS EMPRESARIALES DEL NARCOTRÁFICO Y SUS GRUPOS DE DELINCUENCIA ORGANIZADA (GDO). SIN EMBARGO, A DIFERENCIA DE ESAS MAFIAS, UNA CLAVE DEL PODER DEL ESTADO RESIDE EN OCULTAR O INVISIBILIZAR QUE ES LA GRAN MAFIA Y QUE, POR ESO MISMO, PUEDE MEDIAR CON LAS OTRAS MAFIAS COMO “JUEZ Y PARTE” USANDO “CUELLO BLANCO”.

 

5.     Por su parte, tanto sin son electoralistas como si no lo son, las organizaciones de izquierda que dicen combatir al sistema también terminan reproduciendo la lógica mafiosa del Estado-Capital a pequeña escala o en la “sociedad civil”: tanto por sus programas o banderas de lucha ―“toma del poder”, “redistribución de la riqueza”, reformas varias, tales o cuales derechos y libertades democráticos, reconocimiento y “reparación de daños”, etc. como por sus relaciones internas y externas ―organizacionismo o la obsesión por “organizar al pueblo”, jerarquías, dominación, pugnas de poder, grupusculismo, competencia con otras izquierdas, calumnias o “funas”, ajustes de cuentas, etc.. De hecho, según Camatte, «toda forma de organización política obrera ha desaparecido. En su lugar, lo que hay son bandas enfrentadas en una competencia obscena, auténticos rackets rivales en su cháchara, pero idénticos en su ser. […] Así pues, el capitalismo es el triunfo de la organización, y ésta adopta la forma de la banda».[1]  De esta manera, LAS ORGANIZACIONES DE IZQUIERDA REPRODUCEN AL ESTADO-MAFIA Y A LA DOMINACIÓN REAL DEL CAPITAL COMO RELACIÓN SOCIAL EN SU CONJUNTO. NO SON LA SOLUCIÓN, SON PARTE DEL PROBLEMA. EL REFORMISMO Y EL ORGANIZACIONISMO DE IZQUIERDA TAMBIÉN SON PARTE DE LA CONTRARREVOLUCIÓN CAPITALISTA.

 

6.     ¿Cuál es, entonces, la solución revolucionaria al problema del Estado? ¿Cambio de gobierno o un “gobierno popular” mediante elecciones? No, porque ya demostramos que todo gobierno, sea de derecha sea de izquierda, sólo administra temporalmente y de forma diferente el Estado burgués y la dictadura social del Capital sobre los explotados y oprimidos. ¿“Más Estado”? No, porque decir “más Estado” es decir más Capital; por tanto, más explotación, dominación y represión de la burguesía sobre el proletariado, compensadas con esas migajas que son las libertades y derechos democráticos, incluyendo la “justicia” y la “reparación” para con los desaparecidos y sus familias. Esto aplica también para “otro Estado” o un “Estado de nuevo tipo”, llámese “obrero”, “socialista”, etc., mediante la “toma del poder”, porque en el “socialismo real” las relaciones capitalistas se mantuvieron intactas y sólo cambiaron sus administradores: capitalismo de Estado o capitalismo “rojo”. En uno u otro caso, el Estado sigue siendo el guardián del desarrollo y la contrarrevolución capitalistas. Muy por el contrario, LA SOLUCIÓN REVOLUCIONARIA ES LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO JUNTO CON LA DESTRUCCIÓN DE SU BASE MATERIAL QUE ES EL CAPITAL (ENTENDIDO COMO RELACIÓN SOCIAL), el valor, el mercado, el trabajo asalariado, el dinero, la propiedad privada, las clases sociales, las fronteras nacionales, las “razas”, etc.

 

7.    Ahora bien, dado que el Capital gobierna al Estado nunca viceversa y que el Estado no es una cosa que se puede tomar y cambiar de dirección como un timón (típica ilusión o mentira socialdemócrata), sino que es la institucionalización central o el “resumen oficial” de la sociedad burguesa, LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO SÓLO ES POSIBLE MEDIANTE LA DESTRUCCIÓN DE TODAS LAS RELACIONES SOCIALES CAPITALISTAS Y, AL MISMO TIEMPO, LA CREACIÓN DE RELACIONES SOCIALES COMUNISTAS Y ANÁRQUICAS. ESTA ES LA CLAVE DE LA DESTRUCCIÓN REVOLUCIONARIA DEL ESTADO. TAMBIÉN ES CLAVE NO REPRODUCIR LAS LÓGICAS DEL ESTADO ENTENDIDO COMO MAFIA Y DE LAS OTRAS MAFIAS O “RACKETS” EN GENERAL A PEQUEÑA ESCALA DURANTE EL PROCESO DE LUCHA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO AUTOORGANIZADO EN FORMA DE PARTIDO-COMUNIDAD PARA ABOLIR LA SOCIEDAD DE CLASES, empezando por autoabolirse como clase para autoproducirse como comunidad humana real. Proceso revolucionario en el cual se trata, pues, de CREAR Y UNIFICAR COMUNAS ANTIESTATALES AL CALOR DE LA INSURRECCIÓN HASTA CONSTITUIR LA COMUNA MUNDIAL. ¿Dictadura del proletariado? Al igual que Théorie Communiste, a este proceso revolucionario preferimos llamarle «dictadura del movimiento social de comunización»: dictadura antiestatal e internacional en la cual se desintegrará al Estado, al Capital, a la burguesía y al proletariado, y, en cambio, se integrará o unificará a la humanidad como especie.[2]  Partiendo de la base de APROPIARSE Y TRANSFORMAR TODOS LOS MEDIOS MATERIALES PARA DECIDIR, PRODUCIR Y SATISFACER LAS NECESIDADES COLECTIVAS YA SIN INTERCAMBIO MERCANTIL NI DINERO. Y haciendo del tiempo libre y del desarrollo de todas las potencialidades y relaciones humanas de/entre los individuos la nueva “medida” de la riqueza social. SOBRE TAL BASE, LA COMUNA CUIDARÁ CON RESPONSABILIDAD, AMOR Y LIBERTAD A LAS Y LOS NIÑOS DE TODOS LOS “COLORES” COMO SI FUESEN SUS HIJOS O SUS HERMANOS, NO LOS DESAPARECERÁ A LA FUERZA COMO HOY LO HACE EL ESTADO. 

 

8.     Evidentemente, en el actual período histórico donde todavía predomina la contrarrevolución mundial, hablar de destrucción del Estado y de sociedad sin clases ni Estado parece imposible y hasta utópico, más aún en un país tan subdesarrollado y catastrófico en todo aspecto como lo es Ecuador. Pero, cuando llegue un nuevo período histórico-mundial revolucionario como producto del desarrollo de las propias contradicciones estructurales del capitalismo y del antagonismo de clases, LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO DE TODOS LOS ESTADOS Y SUS GUERRAS ACTUALES QUE PUEDEN ESCALAR HASTA EL EXTERMINIO NUCLEAR―, MEDIANTE LA INSURRECCIÓN COMUNIZADORA INTERNACIONAL Y LA COMUNA MUNDIAL, SERÁ UNA TAREA REVOLUCIONARIA DE PRIMER ORDEN QUE LA MISMA REALIDAD EXIGIRÁ A GRITOS PARA SALVAR DE LA EXTINCIÓN Y REGENERAR A LA ESPECIE HUMANA. Mientras tanto, el Estado seguirá siendo lo que es: una maquinaria mafiosa y tentacular que administra despiadada e impunemente la explotación y el asesinato de la humanidad proletarizada (niños y adolescentes incluidos) en aras del Capital, aquí en Ecuador y en todo el mundo.  

Proletarios Hartos de Serlo
Quito, enero de 2025


[1] El referido texto de Camatte abunda sobre este punto de las organizaciones de izquierda como mafias o rackets. Por lo cual, recomendamos su lectura para ampliar y profundizar en ello.

30 de diciembre de 2024

[Folleto] CATÁSTROFE CAPITALISTA Y TEORÍA REVOLUCIONARIA

Recibimos y publicamos este folleto elaborado por los compañeros del Grupo Barbaria en mayo del año pasado, debido a que contiene una teoría científica y actual de la catástrofe capitalista y la revolución comunista. Ciencia revolucionaria, pues, que se basa tanto en la concepción materialista de la historia y en la crítica de la economía política de Marx como en el determinismo histórico de Bordiga y, más precisamente, en la teoría de la «inversión de la praxis» y del «partido histórico» de éste último. También se basa en los desarrollos al respecto de la revista n+1 que, a su vez, comprende y expone las leyes y dinámicas de la historia social o el devenir de las sociedades de clases usando el lenguaje de la biología, la química, la física y el álgebra sin perder la pasión del comunismo. Recomendamos su lectura, discusión y difusión, mejor dicho, su uso para la preparación revolucionaria en este siglo. 

¿Determinismo, catástrofe, ciencia, clases, partido, comunismo? Sí. Y también crítica radical en conjunto del positivismo o la ciencia burguesa, del estructuralismo, del posmodernismo, del culturalismo, y, sobre todo, del gradualismo o etapismo socialdemócrata-bolchevique y del voluntarismo e inmediatismo activista de izquierdas. ¿Por qué? A continuación, damos 6 respuestas a modo de invitación para leer el folleto de Barbaria y profundizar en ellas. Respuestas en las cuales nos permitimos agregar algunos aportes críticos a estos compañeros y al mismo Bordiga desde la perspectiva comunizadora: 

1) Porque, al basarse en la depredación sistemática de la corteza terrestre y de la clase trabajadora así como en la revolución incesante de las fuerzas productivas para producir por producir mercancías y acumular por acumular capital, la naturaleza del Modo de Producción Capitalista es contradictoria y catastrófica, lo que hace que él mismo produzca las condiciones de su propia disolución y sustitución por relaciones sociales superiores: el comunismo (p. ej. excedente de tecnologías, alimentos y edificios, proletariado sobrante que el sistema ya no puede mantener y se vuelve “peligroso” para el mismo, cambio climático, guerras y pandemias, revueltas sorpresivas y fuera de control, algunos bienes y servicios que implican cooperación entre iguales y gratuidad, nuevas relaciones humanas, entre otras). Hoy en día, la catástrofe capitalista global está tocando todas sus «cúspides» o límites (económicos, ecológicos, geopolíticos, militares, sociales, culturales, psicológicos, etc.) y mostrando toda su brutalidad. La destrucción del capitalismo no será gradual o de «curva descendente» (como cree la “teoría de la decadencia”), será catastrófica o de caída abismal. En este sentido, la perspectiva revolucionaria es catastrofista. Pero, el capitalismo no se morirá de muerte natural: sólo el proletariado posee el potencial revolucionario de ser su sepulturero, aboliéndose a sí mismo como clase del trabajo/capital y produciendo de manera directa el comunismo o relaciones sociales comunistas.

2) Porque la revolución es un hecho físico, material, históricamente determinado, que se produce cuando las contradicciones estructurales del capitalismo (entre fuerzas productivas y relaciones de producción, entre proletariado y burguesía) se acumulan, se agudizan y estallan catastróficamente; los cambios cuantitativos (crisis cíclicas y cortas, revueltas) devienen cambios o saltos cualitativos (crisis sistémica y larga, revolución); y, sobre todo, cuando existe una «ionización social» o polarización social (antagonismo de clases) donde las «moléculas» individuales del proletariado que, durante los períodos contrarrevolucionarios, se encontraban pasivas y dispersas ahora se activan y nuclean en autoorganizaciones de masas (desde los soviets hasta las asambleas territoriales, en contra y más allá de los sindicatos) que luchan por imponer sus necesidades humanas colectivas sobre las necesidades de valorización y acumulación del Capital y la burguesía, y donde las minorías revolucionarias pueden influir o incidir efectivamente de modo que la clase proletaria actúe como «partido histórico» de la revolución comunista mundial. En síntesis: pérdida de «energía social» y de equilibrio o paz social por parte del capitalismo, caos sistémico, y «autopoiesis» (autoproducción) revolucionaria o movimiento comunizador a la ofensiva. La polarización social es el «ambiente» o el conjunto de condiciones “objetivas” y “subjetivas” favorable para la revolución social, la cual se produce entonces como «una violenta descarga eléctrica» o una tormenta con relámpagos. Este es el núcleo de su teoría científica o de la ciencia revolucionaria.


3) Porque en tales coyunturas o períodos revolucionarios, la conciencia y la voluntad colectivas (las “condiciones subjetivas”) devienen fuerzas materiales que influyen o inciden en toda la sociedad en situación de crisis revolucionaria. He ahí la importancia de las minorías revolucionarias, en tanto que «catalizadores» o aceleradores de la polarización social, y de la teoría revolucionaria, en tanto que reflexión autocrítica de las luchas actuales y actividad de previsión de la revolución futura que ha de devenir inmediatamente práctica durante la misma. He ahí la inversión de la praxis. El «partido histórico» de la revolución social, que lo constituyen a pulso y a saltos las minorías o fracciones revolucionarias del proletariado mundial, es tanto producto como factor de esta inversión de la praxis, históricamente determinada, y no tiene nada que ver con los partidos mal llamados “comunistas” que encabezaron la contrarrevolución bolchevique del siglo XX; antes bien, es su antagonista y sepulturero. El verdadero partido comunista es la prefiguración de la sociedad comunista y, por tanto, es el órgano de la comunidad de lucha proletaria para la abolición del Capital, del Estado y de las clases o el «partido-comunidad» (Camatte y n+1). Es un partido revolucionario que, de manera orgánica y autónoma, trasciende formalismos, estatutos, burocracias, siglas, etiquetas ideológicas y fronteras geográficas. Marx incluso lo llamó «el partido de la anarquía» contra «el partido del orden». Endnotes (revista comunizadora) lo llama «el partido de la ruptura». En este sentido, como proletarios revolucionarios, es vital prepararse para la inversión de la praxis o la ruptura revolucionaria al calor del antagonismo de clases, asumiendo colectiva e internacionalmente tareas organizativas, teóricas, educativas, de propaganda y agitación, de experimentación y propagación de nuevas relaciones sociales (solidaridad, apoyo mutuo, gratuidad, horizontalidad, libertad, organicidad)… y de violencia revolucionaria o tareas insurreccionales cuando la correlación de fuerzas así lo permita y lo exija. 

4) Porque la ciencia revolucionaria no reproduce “los hechos” sociales como si fuesen cosas y de manera “neutral” (por eso es la crítica radical del positivismo), sino que, mediante las categorías de la crítica de la economía política (trabajo abstracto, valor, mercancía, fetichismo de la mercancía, dinero, capital, propiedad privada, salario, etc.) y desde la perspectiva proletaria, explica críticamente las relaciones sociales vivas que existen detrás de esos hechos cosificados y esas categorías, no para su reforma o cambio de forma (no es reformista ni conformista, p. ej. la “redistribución de la riqueza), sino para la destrucción revolucionaria de su contenido (es antiformista, p. ej. la abolición del valor y del trabajo). Tampoco es una ciencia social “sin sujeto” o que pone a las estructuras como protagonistas de la historia (por eso es la crítica radical del estructuralismo y, de paso, del mecanicismo), sino que comprende y expone la dialéctica real y cambiante entre las llamadas “condiciones objetivas” y “condiciones subjetivas” o entre las estructuras y las agencias de los sujetos. Criticando y superando así tanto al objetivismo como al subjetivismo. Más claro: la historia la hacen los hombres y las mujeres en determinadas condiciones que no son elegidas por ellos, pero que, en cambio, sí pueden subvertirlas o, mejor dicho, pueden producir nuevas condiciones de existencia. Lo cual, por supuesto, involucra tiempo, procesos, contradicciones, conflictos, cambios, varias y diferentes generaciones. Eso sí: teniendo claro que la historia avanza a saltos, no por etapas. Esta es otra manera de explicar la inversión de la praxis y, de paso, comprender por qué aquí se critica radicalmente tanto al gradualismo o etapismo socialdemócrata-bolchevique como al voluntarismo inmediatista y activista de izquierdas, en el que se incluyen el culturalismo gramsciano y el anarquismo ideológico. Por eso Bordiga aclara que el determinismo histórico no es pasividad, sino el conocimiento y la comprensión de las leyes y dinámicas de la historia de la sociedad de clases que, una vez producidas las condiciones favorables por el propio capitalismo y el antagonismo de clases, permite intervenir de manera consciente y efectiva en la misma a fin de abolirla o superarla. Todo esto, por cierto, también implica una crítica radical del posmodernismo, puesto que para esta ideología contrarrevolucionaria que se disfraza de lo contrario y está de moda ya no existen las clases sociales y sus antagonismos ni la verdad científica y crítica de la totalidad histórico-social capitalista, sino que todo lo reduce a “identidades”, “interseccionalidad” y “discursos” o relatos” a fin de cometer la trampa de Lampedusa: cambiar todo para que nada cambie.

5) Porque, de acuerdo con Bordiga, la ciencia revolucionaria del proletariado es una «ciencia de la especie», ya que sólo el proletariado posee el potencial revolucionario de abolirse a sí mismo como clase del trabajo/capital y a toda la sociedad de clases, produciendo así la comunidad humana real, la sociedad sin clases o la «sociedad de especie». Más aún en estos tiempos de catástrofe capitalista con tendencia suicida a gran escala: Comunismo o Extinción. Por lo tanto, la ciencia revolucionaria, entendida entonces como «el conocimiento de un plan de vida para la especie», es un arma de primer orden de la revolución comunista en el siglo XXI, que será inmediata (sin mediaciones mercantiles ni estatales o sin período de transición) mas no inmediatista. Y el partido revolucionario (el partido-comunidad) también, ya que es quien elabora, posee y empuña la ciencia revolucionaria para la inversión de la praxis. Ahora bien, la autoabolición del proletariado implica, de suyo, la autoabolición del partido revolucionario, no su transformación en Estado proletario, pues la sociedad comunista es una sociedad sin clases ni Estado, sin fronteras ni mercado o no es.

6) Porque, de acuerdo con Barbaria, hoy en día vivimos en una «época bisagra» entre la contrarrevolución mundial y la revolución mundial, que se caracteriza por el agotamiento de la valorización del valor (crisis del trabajo/capital), por el agotamiento de la larga contrarrevolución estalinista (fracaso y caída del “socialismo real” o capitalismo de Estado de la URSS y todos sus satélites), y por el inicio de procesos de polarización social (revueltas del siglo XXI). Otros talvez dirían que es una época donde “lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer”, en vista de que lo viejo o la contrarrevolución capitalista sigue reinando en medio de su catástrofe y su descomposición, mientras que nuevas revueltas de los miserables estallarán en el momento y el lugar menos pensados. Esta época bisagra puede durar varias décadas y sólo el devenir del antagonismo de clases decidirá su desenlace, porque la revolución, aunque históricamente determinada, es una posibilidad y no una fatalidad. Por lo tanto, insistimos en que, como proletarios revolucionarios, es vital prepararse de manera colectiva, organizada e internacional para la inversión de la praxis, esto es, para la revolución comunista mundial, usando la ciencia revolucionaria como arma y así tengan que pasar varias derrotas y varias generaciones para ello. 

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Relacionados:

Teoría y acción en la doctrina marxista  Amadeo Bordiga (1951)

La pasión y el álgebra. Amadeo Bordiga y la ciencia de la revolución  n+1 y Grupo Barbaria (2024)

Carta sobre la izquierda comunista  Grupo Barbaria (2024)

Crítica al bordiguismo y a las fracciones de la ultraizquierda consejista desde la teoría de la comunización Christian Broutchoux (2024)