Contenido:
- "Comunización: una 'llamada' y una 'invitación'" (2004) de la revista Troploin.
- "Comunismo. Elementos para la reflexión" (1985) de La Insecurité Sociale.
- "Hacia la comunidada humana" (1982) de La Guerre Sociale.
- Extractos de "Capitalismo y Comunismo" (1972) de Jean Barrot (Gilles Dauvé).
- "Colectivizar o comunizar" (1999) extraído de "Cuando las insurrecciones mueren" de Gilles Dauvé.
- "Apéndice: Desenterrad a vuestros muertos" (2008) de la revista Endnotes.
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Prólogo
El
término “comunización” es prácticamente desconocido en castellano. De hecho no
aparece en ningún diccionario en esta lengua, y es probable que si apareciera
no reflejaría el uso que la gente común podría darle en su vida diaria. La
razón es que el verdadero sentido de este término, el único sentido en que
podemos hacerlo nuestro, es que describe el movimiento de subversión social que
apunta a la destrucción de las relaciones capitalistas. Pero veamos la
definición que nos ofrece de nuestro término un prestigioso diccionario (en
inglés):
Comunización.-
1 a:
poner en común -Esta acepción dice bastante a los que ya saben de qué se trata
el asunto, pero en un contexto de ignorancia y manipulación generalizada,
resulta tan vaga que prácticamente no dice nada.
1 b:
convertir en propiedad estatal -Con esto se justifica el uso que le dan al
término ciertos profesionales de la mentira, que por casi un siglo llamaron
“comunismo” a los estados que administraban el capital burocrático, y que ahora
llaman “des-comunización” a la implantación de la democracia burguesa en esos
regímenes.
2:
someter a principios comunistas de organización -Esto remite a la noción de que
la práctica comunista es ante todo un asunto de control y coerción, ejercido
por aparatos disciplinarios según el modelo leninista.
Contra
estas versiones estúpidas y distorsionadas, oponemos la perspectiva de la
Revolución Social, perspectiva en la que los términos comunismo y comunización
tienen un significado muy claro que excluye y niega a los anteriores.
En
esencia, la revolución no es ni política ni económica, sino social: es un
proceso de comunización, de negación directa de las relaciones sociales
capitalistas -especialmente de la empresa- y su reemplazo por relaciones
humanas. Comunización no es el traspaso de la propiedad privada a manos de la
colectividad, sino la abolición de la propiedad y del intercambio. Es un
proceso en el cual el conjunto de la humanidad asume directa o indirectamente
la organización de la producción de bienes para su uso (no para el intercambio)
de acuerdo a las necesidades sociales. En el comunismo cada individuo tiene
acceso a los bienes, sin que deba intercambiarlos por dinero ni por una cuota
de trabajo. De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus
necesidades: esta noción, aunque fue formulada en las colectividades campesinas
rusas e ibéricas y en la Comuna de París, se remonta a los tiempos del
comunismo primitivo.
Entonces,
¿por qué “comunización”? ¿Por qué añadir una nueva palabra al montón? Lo que el
concepto ‘comunización’ pretende subrayar frente al de ‘comunismo’ es la
naturaleza de proceso que tiene la destrucción de las relaciones sociales
capitalistas. Tras la muerte de Marx, y seguramente en vida de éste, todos
aquellos que se reclamaron marxistas e incluso muchos anarquistas, concibieron
con demasiado facilidad el comunismo (libertario o no) como un estadio humano,
como un ideal que alcanzar, la mayoría de las veces tras un largo período de
transición. Se establecía una ruptura teórica y práctica entre la sociedad del
mañana y las luchas del hoy. Así, aunque el fin fuese la abolición de la
dominación y las jerarquías, era legítimo organizarse bajo la forma de partidos
organizados de arriba a abajo, donde impera la autoridad de un comité central,
con el objetivo de tomar el poder estatal. ¿Cómo pasaremos del partido-Estado
al comunismo? Bueno, dejemos que un largo período socialista conteste esta
pregunta… Hablando de comunización pretendemos acabar con esta ruptura entre
presente y futuro, recogiendo la más valiosa experiencia de la práctica
anarquista: los fines están hechos de medios. Unos medios nos acercan a unos
fines (una sociedad comunista) y nos alejan de otros (un estado burocrático).
Por medios no sólo entendemos unas formas de organizarse, las formas por sí
mismas no aseguran nada, sino unos contenidos que sólo pueden expresarse a
través de unas formas determinadas. La solidaridad, por ejemplo, solo se
expresa verdaderamente en la horizontalidad, entre iguales.
Los
materiales que presentamos en esta edición no son originales, ni novedosos,
algunos de ellos habían sido editados anteriormente en castellano, otros han
sido traducidos por los compañeros de "Comunización" [Chile, 2009]. Esperamos que ayuden a
precisar nuestra concepción del movimiento comunista y la revolución social,
así como la esencia del comunismo: el hecho de que cada uno de nosotros está
ligado por naturaleza a todos los demás. Partiendo de aquí, de lo que se trata
es de reunificar lo que ha sido artificialmente separado, y de separarnos por
la violencia de aquellos que hacen imposible esta reunificación. Este es
nuestro punto de partida. Aunque desde una perspectiva general se trata más
bien del punto de llegada, de la finalidad y del sentido de toda una historia
de luchas por la plenitud de la vida humana.