Contenido:
▪ Presentación
▪ Mercancía y valor
Las aventuras de la mercancía
El valor contra la comunidad humana
▪ Acerca de los fundamentos lógicos e históricos de la sociedad capitalista
▪ El trabajo abstracto y el valor como abstracción real
La crítica del valor en su dimensión cuantitativa y cualitativa
▪ La ley del valor
▪ Crítica a las críticas de la teoría marxiana del valor
La utilidad marginal
¿qué tiene más valor, un diamante o una botella de agua?
▪ La valorización del valor: el plusvalor
Explotación capitalista: salario, trabajo y fuerza de trabajo
Las formas de la explotación: plusvalia absoluta y relativa
Plusvalor y ganancia: iguales pero diferentes
Crédito e interés
"Minusvalías"
Productividad y estandarización
Renta de la tierra
▪ Contradicciones capitalistas
La socialización privada de la producción capitalista
La contradicción capital-trabajo
El proletariado como contradicción
Valorización/desvalorización
▪ Notas sobre el capital ficticio
Los límites del capital ficticio
▪ No hay política contra la dictadura del valor
¡Contra el Estado!
▪ Mercancía y valor
Las aventuras de la mercancía
El valor contra la comunidad humana
▪ Acerca de los fundamentos lógicos e históricos de la sociedad capitalista
▪ El trabajo abstracto y el valor como abstracción real
La crítica del valor en su dimensión cuantitativa y cualitativa
▪ La ley del valor
▪ Crítica a las críticas de la teoría marxiana del valor
La utilidad marginal
¿qué tiene más valor, un diamante o una botella de agua?
▪ La valorización del valor: el plusvalor
Explotación capitalista: salario, trabajo y fuerza de trabajo
Las formas de la explotación: plusvalia absoluta y relativa
Plusvalor y ganancia: iguales pero diferentes
Crédito e interés
"Minusvalías"
Productividad y estandarización
Renta de la tierra
▪ Contradicciones capitalistas
La socialización privada de la producción capitalista
La contradicción capital-trabajo
El proletariado como contradicción
Valorización/desvalorización
▪ Notas sobre el capital ficticio
Los límites del capital ficticio
▪ No hay política contra la dictadura del valor
¡Contra el Estado!
***
«Hoy en día, hay acciones que precisan urgentemente de la Crítica del Valor, para no abocar nuestras fuerzas en diversas maneras de sostener el capitalismo, cayendo en la trampa autogestionista o en el reformismo más puro y duro. Y, principalmente, para dejar de compartir el mismo horizonte que los capitalistas: gestionar esta sociedad. Por ello nos interesamos en indagar las bases del sistema capitalista de producción... ¿aún parece poco importante?
Pese a hallarse en la obra de Karl Marx, debido al
consignismo y a la perspectiva gestionista del marxismo y la socialdemocracia,
este tema ha sido censurado, deliberadamente dejado de lado, o considerado un
aspecto filosófico secundario del arsenal revolucionario en general y de la
obra de Marx en particular. En cuanto al movimiento anarquista, este ha sido un
tema mayoritariamente despreciado por “marxista” o directamente se desconoce su
existencia.
“Marx bosquejó los elementos fundamentales de una crítica
de las categorías básicas de la sociedad capitalista: el valor, el dinero, la
mercancía, el trabajo abstracto, el fetichismo de la mercancía. Esta crítica
del núcleo de la modernidad es hoy más actual que en la propia época de Marx
porque entonces dicho núcleo no existía más que en estado embrionario. Para
destacar este aspecto central de la crítica marxiana —la «crítica del valor»—
no es necesario forzar los textos mediante interpretaciones alambicadas: basta
con leerlos atentamente, algo que casi nadie ha hecho durante un siglo.”
(Anselm Jappe, Las aventuras de la mercancía) […]
Es esencial remarcar que el valor no es una cosa,
no es el precio individual de una mercancía, sino que es una forma social, una
relación social entre seres humanos que ha sido histórica, material e
ideológicamente alienada, cosificada, fetichizada, deshumanizada. Es lo que
Marx conceptualizó precisamente como “fetichismo de la mercancía”. Como
desarrollábamos en “El mito del valor como cualidad natural” en el nro 9. de esta
publicación, los objetos no poseen naturalmente una
cualidad llamada valor. Esta es consecuencia del modo en que la sociedad actual
organiza su producción: el modo de producción capitalista. El valor y la
mercancía, así como el dinero o el trabajo no son datos neutrales y
transhistóricos, y mucho menos naturales y eternos, se trata de categorías
básicas del capitalismo. Lo lamentable a estas alturas es que no solo el
razonamiento burgués, sino argumentos que se reclaman revolucionarios aceptan
el valor como un dato natural y otros hasta reivindican al proletariado como
“quienes crean todos los valores de la sociedad que unos malvados burgueses
luego se apropian”.
Así, la crítica a las ganancias “indecentes” o
ilícitas avala la noción de ganancias supuestamente decentes o lícitas, y se
quiere comprender la brutalidad cada vez mayor del capitalismo como
consecuencia de la malicia del explotador, sin vislumbrar que el mismo
explotador está exigido por el Capital en su constante crecimiento. El
fundamento de la sociedad capitalista es la dictadura del valor en proceso y la
utilidad de los objetos producidos son sólo un medio, el llamado valor de uso
es sólo un soporte del valor de cambio, del valor valorizándose. […]
Además, es importante destacar que tanto nosotros
como también otras iniciativas internacionales que vuelven a hacer eje en la
Crítica del Valor, no llegamos a la misma a través de la mera lectura y
discusión teórica. Nos aproximamos a los esfuerzos del pasado por la necesidad de
luchar contra el sustrato mismo de la sociedad capitalista. Nuestra tarea
entonces no es una arqueología de escrituras perdidas, es el esfuerzo vivo y de
clase de nuestro pasado, presente y futuro por la revolución social. […]
Ante las necesidades y deseos humanos que pujan por
fortalecer la lucha proletaria, coordinarla, radicalizarla, se opone toda la
normalidad conservadora de los devotos del Capital. El reformismo es un
enemigo, a veces más potente que la represión abierta, es en definitiva una variante
represiva contra la acción revolucionaria. Re–formar: re hacer la forma
conservando el contenido, mediante el politicismo o el gestionismo.
Así como el proletariado no puede tomar el poder
estatal para su propio beneficio, tampoco puede tomar la producción capitalista
para su propio beneficio. Así como los seres humanos esclavizados no luchaban
por una república de esclavos sino por su emancipación, nosotros proletarizados
no debemos luchar por una sociedad de proletarios sino por la emancipación total,
esto es, por la abolición de la sociedad de clases y la construcción de la
comunidad humana real y mundial.
Todos los reformistas, aspirantes al gobierno o
fanáticos de la autogestión, no comprenden la ruptura entre capitalismo y
comunismo. Su intención de encadenarnos a la maquinaria estatal y productiva
tiene por objetivo, consciente o no, encerrarnos en el razonamiento capitalista
que no ve nada fuera de su propio interior. Suponen el comunismo como una nueva
forma de gobierno, como un conjunto de innovaciones laborales.
Actuando a imagen y semejanza del Capital, los
explotados suponen resistir al comercio comerciando de forma autogestionista o
resistir a la política votando… exigiendo aún más democracia, es decir aún más
capitalismo.
Reafirmamos que la alternativa real para los
esclavos asalariados no está en el hecho de tener un gobierno más a la
izquierda o más a la derecha o en participar en el constante agravio y
reprobación entre una organización política partidista y otra. La contradicción
fundamental se encuentra entre la dictadura capitalista del valor y el
desarrollo del comunismo y la anarquía, es decir, la destrucción del valor, la
explotación, el Estado y la sociedad de clases.»
EL PRINCIPIO FUNDAMENTAL E INVARIANTE DEL COMUNISMO ES LA ABOLICIÓN DEL VALOR,
DE LA SOCIEDAD DE CLASES Y DEL ESTADO.