1 de mayo de 2015

1° de Mayo Proletario, Internacionalista y Revolucionario

N. del E.: A continuación, publicamos algunas expresiones escritas de la lucha del proletariado internacional e internacionalista que hemos recibido en estos días desde distintas latitudes a propósito de esta histórica fecha, en la cual no se "celebra" el "día del trabajo" ni el "día del trabajador" (sólo el Capital-Estado y sus izquierdas lo hacen porque viven a costa de explotar y gestionar nuestra fuerza de trabajo), sino todo lo contrario: se recuerda la lucha proletaria contra el trabajo asalariado, contra la esclavitud moderna. Lucha que, desde aquel 1° de mayo de 1886 hasta la fecha, ha continuado, continúa y continuará mientras aquella exista y hasta abolirla mediante -y sólo mediante- la revolución social mundial, para que entonces la actividad humana -colectiva e individual- nunca más vuelva a ser organizada como trabajo y mercancía ni para obtener ganancia, sino para satisfacer las necesidades humanas y la vida en general.
Sí: somos trabajadores que odiamos trabajar, pero nos vemos obligados a hacerlo porque en esta maldita sociedad del Capital no tenemos otra forma para poder comer y dar de comer a lxs nuestrxs. Por eso mismo odiamos el trabajo y luchamos y lucharemos contra él hasta abolirlo de manera revolucionaria, no como individuos ni grupos, sino como clase: social, histórica y mundialmente. Con lo cual, también nos aboliremos como clase trabajadora para ser una comunidad humana real mundial, sin explotadorxs/opresorxs ni explotadxs/oprimidxs; para vivir el comunismo en anarquía. (Ver más al respecto en Nuestra (auto)crítica del trabajo.)
Por otra parte, aún no hemos encontrado textos -al menos no en español- sobre la revuelta de Baltimore-EE.UU. durante esta semana y sobre los fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policías que hubo hoy día en Milán-Italia; pero, con los ojos y los pechos llenos de sus llamas incendiarias, enviamos nuestros saludos internacionalistas a ambas luchas actuales de nuestra clase contra la bestia capitalista y contra nuestra propia condición de clase explotada y oprimida, ya que el proletariado sólo se afirma en su negación y no tiene que "aportarle" a esta sociedad nada más que su total destrucción.

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PROLETARIO/A: ¡EL TRABAJO NO TE DIGNIFICA, TE ESCLAVIZA!
1° DE MAYO: ¡NADA QUE CELEBRAR! 
¡ABAJO LA ESCLAVITUD ASALARIADA!

Cuando trabajamos, no nos alcanza el dinero ni el tiempo para satisfacer realmente nuestras necesidades humanas, para vivir de verdad. Y cuando estamos desempleados, tenemos tiempo pero casi nada de dinero para sobrevivir. Con o sin trabajo, estamos jodidos: en el capitalismo –o sea, en la democracia- somos libres e iguales para ser explotados o para reventar de hambre, debido a la propiedad privada y al carácter mercantil de todo. 

La jornada laboral es el tiempo en el que trabajamos para enriquecer a otros, no es un tiempo de vida para nosotros. “El trabajo mata, el trabajo paga...el tiempo pagado no se recupera nunca más”, porque no nos pertenece. Y el “tiempo libre” o de “ocio” en realidad es el tiempo en el que recuperamos energías para seguir trabajando, para que nos sigan explotando. Con o sin trabajo, somos explotados, somos esclavos asalariados, ciudadanizados, enajenados con cualquier mercancía y cualquier ideología. Proletario: tu vida es una mierda... y lo sabes.  

Pero, en medio de esta mierda, no todo está perdido. Necesitamos y despreciamos el trabajo al mismo tiempo. Somos la clase que vive del trabajo pero que también resiste y lucha contra él. En medio del individualismo y el conformismo, también tenemos prácticas de solidaridad y antagonismo de clase. Somos la contradicción viviente que sólo luchando por reapropiarnos de nuestras vidas destruirá este sistema que nos las roba y nos mata. Luchando como clase revolucionaria contra nuestra propia condición de clase explotada y dominada hasta abolirla. 

La burguesía, el empresariado o la patronal es la clase de nuestros explotadores. El Estado no es neutral, es de ellos y para ellos. “Estado y patrón: ¡el mismo ladrón!” Por eso reprime la protesta proletaria. Incluso teniendo administradores de izquierda. Entonces, el gobierno y los sindicatos también son nuestros enemigos, porque su función es dirigir y gestionar la explotación y el control de nuestra fuerza de trabajo colectiva en nombre del “progreso”, la “patria” y el “trabajo digno”, ¡como si nuestra explotación fuera digna! ¡Malditos h”#$%&/()=! 

Las medidas de austeridad que hoy aplica el gobierno de Correa son un ataque del Capital en crisis contra nuestra clase para empeorar nuestras condiciones de existencia -de por sí ya precarias-, y así “salvaguardar” a su clase: la clase capitalista. Mientras que las reformas que piden tanto la derecha como la izquierda no mejorarán ni eliminarán tales condiciones, además que su función es representarnos para mantenernos dominados y explotados. Por eso la pugna política entre gobierno y oposición es inter-capitalista; ¡derecha e izquierda: la misma mierda! 

Proletarios/as: somos nosotros los que producimos y hacemos funcionar todo en esta inhumana y absurda sociedad del Capital. Por lo tanto, todo debería pertenecernos para poder satisfacer nuestras necesidades y ya no las ganancias de los capitalistas. Si para ese fin nosotros decidiésemos dejar de trabajar y más bien tomarlo y transformarlo todo, ellos dejarían de tener todo lo que tienen a costa y en contra nuestra. Asimismo, sin desempleo no existiría mercado laboral ni “empleo” asalariado ni capital o “riqueza”. Sin desempleo no habría capitalismo y viceversa. Por lo tanto, para acabar con el desempleo y la pobreza hay que acabar con el trabajo asalariado. 

Para ello sólo la Lucha o Acción Directa es el camino, es decir sólo la lucha directa contra la explotación directa, así como el combate directo contra la represión directa. La lucha sin intermediarios de cualquier “línea política” e ideología: afuera y en contra de sindicatos, partidos, frentes, ongs, iglesias, etc. La lucha por nuestras propias reivindicaciones de clase con nuestras propias asociaciones de clase, a fin de defender y luego imponer nuestras necesidades humanas sobre las del Capital. La lucha proletaria autónoma, radical y violenta para resistir, atacar y destruir el trabajo, la propiedad privada, la mercancía, el valor, la burguesía, los políticos, los sindicalistas, la prensa, la policía, las leyes, las clases, los Estados, las patrias, las guerras y las religiones... todo. 

Y el 1° de Mayo también tenemos la memoria como arma, ya que no se “celebra” el “día del trabajo” ni el “día del trabajador”. Todo lo contrario: fue una sangrienta jornada de lucha proletaria contra la explotación asalariada y su guardián, el Estado. Una histórica lucha clasista, anticapitalista e internacionalista. Por eso, proletarios/as: recordemos esta fecha luchando contra la esclavitud asalariada y el terror estatal, así como contra las derechas y las izquierdas del capital, aquí y en todas partes. Peleando por la revolución social y mundial.  

¡NO QUEREMOS AUSTERIDAD NI MIGAJAS: LO QUEREMOS TODO!
¡LUCHA ORGANIZADA SIN INTERMEDIARIOS SINDICALES NI POLÍTICOS!
¡NO PELEEMOS POR SUS INTERESES, PELEEMOS POR NUESTRAS VIDAS!
¡CONTRA EL TERRORISMO PATRONAL Y ESTATAL, VIOLENCIA PROLETARIA!
¡A LA HUELGA GENERAL Y SALVAJE! ¡A ENCENDER Y EXTENDER LA REVUELTA!

Grupo de Desempleados Cabreados

Kito, 1° de Mayo de 2015


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FOLLETO: ¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL!


Repropiándonos de las luchas revolucionarias del pasado, así como defendiendo e impulsando las expresiones de ruptura revolucionaria del presente preparamos ¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL! para este 1° de mayo. Para agitar, reflexionar y mantener a contraccoriente de las modas actuales la invarianza de la necesidad y posibilidad de revolución social desde una firme posición proletaria y por tanto internacionalista y anticapitalista.

Incluye:
El trabajo no dignifica (boletín La Oveja Negra nro.8) 
¿Por qué internacionalistas? (boletín La Oveja Negra nro.8)

Hablar de revolución fuerte y claro para poner en común la necesidad de enfrentar a la burguesía con otros deseos, otras necesidades...  ¡Por el comunismo y la anarquía siempre!

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FOLLETO: LA TRAGEDIA DE CHICAGO (RICARDO MELLA)


Presentamos a continuación esta reseña histórica escrita en 1889 por Ricardo Mella (Vigo, España. 1861–1925), donde, si bien el autor expresa sus pareceres, dedica mayor espacio a publicar las posiciones, los sentimientos y la agitación de los protagonistas de los hechos acontecidos en Chicago. Realizado sólo tres años después de los sucesos, este material histórico recoge las palabras pero también la tensión y el calor del momento. Y por eso lo hemos escogido.

Hoy, 129 años después, las palabras de aquellos compañeros pueden parecer desubicadas, así como inocentes y simpáticas para unos y hasta ridículas para otros. En más de un siglo se han sucedido muchos cambios, pero lo fundamental que señalan estos revolucionarios continúa intacto: la existencia del Estado, la dominación burguesa, la ley como arma de los poderosos, la policía al servicio de los intereses del Capital, el capitalismo como un sistema que desprecia la vida. Claro que nos encontramos ante un panorama aparentemente distinto, donde cualquiera puede señalar desde la televisión los cambios urbanísticos, desde las nuevas técnicas de Estado el sofisticado control social. El resultado de todo esto no es sólo un perfeccionamiento de la opresión sino también una normalización de la obediencia y el conformismo. Esto naturalmente hace que no se puedan calcar con exactitud los mismos planes que tenían los compañeros en el pasado pero cabe recordar una y otra vez que los objetivos siguen siendo los mismos y los enemigos que se interponen en el camino también, luzcan galera y bastón, traje y corbata o vistan a la última moda.

Ya que no contamos con una edición original en papel hemos extraído este texto de la web La Antorcha. En otros sitios de internet puede encontrarse con los nombres: Los mártires de Chicago o El crimen de Chicago, desconocemos cuál es el nombre original. Avisamos también que por razones de espacio hemos suprimido algunos fragmentos que redundaban sobre lo expuesto.  

¡Viva el 1° de mayo!
¡Viva la revolución social! 

1° de mayo internacionalista, anticapitalista y revolucionario.
Rosario, región argentina, 2015.

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1° DE MAYO ANTICAPITALISTA, INTERNACIONALISTA Y REVOLUCIONARIO
Otro primero de mayo nos encuentra conmemorando la lucha de aquellos trabajadores de Chicago que en 1886 dejaron sus vidas por lo que creían urgente y necesario: la lucha contra la explotación del Capital.

Hoy, aún sentimos esa urgencia y esa necesidad de luchar contra lo que nos oprime y explota día tras día desde hace siglos, de luchar por destruir completamente de una vez y para siempre este sistema que produce valor a costa de nuestras vidas y nuestra humanidad.

¿Por qué creemos indispensable que en este primero de mayo nuestra lucha se afirme en su carácter internacionalista, anticapitalista y revolucionario?

Como proletarios sabemos que no tenemos patria, que lo único que nos puede hacer fuertes para vencer a nuestro enemigo es reconocernos como clase antagónica al Capital, una sola clase de explotados en todo el mundo que padecemos la misma miseria: la desposesión de todo, menos de nuestra fuerza de trabajo. Pero que, como clase, también tenemos la posibilidad de destruirlo todo porque somos los únicos reproductores de esta sociedad, y porque no tenemos nada que perder.

Además de la falsa oposición patriótica, nacionalista, antiimperialista –que nos hace perder de vista que en cualquier lugar del mundo hay, como aquí, explotados y explotadores, y que esa es la verdadera línea divisoria de intereses– el capitalismo se nutre de otras tantas falsas contraposiciones. Así, los burgueses y todos los defensores de este sistema nos quieren convencer de que la culpa de que vivamos para la mierda la tiene el gobernante corrupto, la empresa extranjera que contamina y se lleva las ganancias a otra parte, la forma de distribuir las ganancias o la producción, la autoridad, los excesos del sistema, y un largo etcétera.

Los políticos de todos los colores nos venden estas parcialidades asegurando que tal o cual aspecto puede ser mejorado, reformado o eliminado, con tal de que no desconfiemos de que este es el mejor de los mundos, con tal de que sigamos votando y trabajando. Lo que no quieren que veamos es que el capitalismo es inseparable de todas las injusticias, las corrupciones, las contaminaciones y de todos los excesos; el capitalismo es un todo y sólo funciona gracias a cada uno de esos repugnantes aspectos. Por eso, para lograr cambiar de raíz esta realidad es necesario, justamente, destruir la raíz de nuestro problema, destruir el capitalismo en su totalidad y, por tanto, todo lo que éste implica: desde el Estado hasta el trabajo asalariado, el valor, el mercado, la forma de producir y de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza, la ciencia, la democracia, la política… Destruirlo todo, hacer estallar por los aires cada una de las separaciones que mantienen esta miseria de vida, tanto materiales como espirituales.

«La revolución radical no es un sueño utópico. Tampoco lo es la emancipación humana en general. Sí lo es una revolución parcial, política, que deja intactos los pilares de la casa» decía Karl Marx.

Cuando hablamos de revolución hablamos precisamente de la lucha como clase por destruirlo todo, por arrasar con esta sociedad, porque en esa misma lucha germinen las condiciones para una nueva vida, una vida realmente humana, una vida en comunismo y anarquía.

* ACTO POR EL 1° DE MAYO EN ROSARIO *
Viernes 1° de mayo a las 17 hs en Plaza Sarmiento (Entre ríos y San Luis)
Habrá oradores, música en vivo y feria de materiales. 

Boletín La Oveja Negra nro. 27
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FRENTE A LA EXPLOTACIÓN Y LA PRECARIZACIÓN, 
LA MEJOR DEFENSA ES UN BUEN ATAQUE

El mes de abril de 1886 irrumpen y se extienden en diversos puntos de todo el territorio estadounidense huelgas y manifestaciones obreras. La reivindicación común a todas estas movilizaciones es clara y concreta: la reducción de la jornada diaria laboral a 8 horas, en una época en la que podía extenderse hasta 12 o 16.

Pese al empuje y la combatividad del movimiento, no se puede decir que éste tuviera un contenido explícitamente revolucionario: no aspiraba a derrocar ningún gobierno, ni expropiar a las élites los medios de producción, ni transformar significativamente las bases de la sociedad del momento. El objetivo era implantar una medida que pese a no aplicarse, ya estaba reconocida legalmente. La brutal respuesta del Estado y la Patronal ante esta mínima demanda es de sobras conocida, y el sangriento desenlace del conflicto quedó grabado en el Primero de Mayo como día de recuerdo y homenaje a sus protagonistas: 5 condenados a morir en la horca, 2 a cadena perpetua y 1 a largos años de trabajos forzados. Ocho trabajadores anarquistas que pagaron caro la fiereza y la osadía de los miles de obreros y obreras que se atrevieron a defender sus vidas frente al lucro de quienes les estaban exprimiendo, consiguiendo finalmente el cumplimiento de sus exigencias.

100 años más tarde, es difícil identificar el Primero de Mayo con los hechos que motivaron su nacimiento. Vaciado de contenido histórico, reducido a una festividad a la que la mayoría de personas trabajadoras no saben con que santo relacionar, pervertido por la auto-celebración de las mismas burocracias sindicales que día a día venden a quienes dicen representar, el Primero de Mayo se ha desligado del sentido de lucha que le daba significado.

Por otro lado, las relaciones de desigualdad, explotación y alienación que caracterizan el sistema contra el que se rebelaron aquellos trabajadores norteamericanos se mantienen e incluso en algunos aspectos se agravan. Salvando las distancias, la respuesta del Estado a las luchas que pretenden enfrentarse a estas relaciones y la miseria que generan (a menudo también desde reivindicaciones muy básicas), tampoco es muy diferente: antidisturbios en las calles reprimiendo las protestas, endurecimientos del código penal para perseguir cualquier tipo de movilización, nuevas leyes anti-terroristas, huelguistas en prisión, macro-redadas contras las minorías revolucionarias más activas, a las que se trata como a Enemigo Interno... En el contexto de la “salida de la crisis” y la “recuperación”, se nos amenaza para que aceptemos disciplinadamente las nuevas condiciones de explotación, se espera que celebremos las cifras de crecimiento que lanzan los periódicos, aunque la miseria campe a sus anchas en los barrios y la mayoría de la población se debata entre un trabajo precario y la angustia del paro.

Pero la lección aprendida en la historia tras el Primero de Mayo es clara. Sin lucha no hay esperanza. Sin conflicto, sin plantar cara, no hay posibilidad de avanzar. Ni la Patronal ni el Gobierno, por democráticos que se digan, cederán ni un ápice de sus privilegios si no se lo arrancamos nosotros con nuestro esfuerzo, desobediencia y combate. La degradación generalizada de nuestras condiciones de trabajo y de vida no son solamente efecto de la crisis, son también la consecuencia de no haber peleado por nuestros intereses durante la época de bonanza, cuando el consumo desatado por el crédito y el alza de la burbuja financiera-inmobiliaria camuflaban la precarización progresiva del trabajo. En el terreno laboral, hoy nos vemos empujadas a una situación de vulnerabilidad en la que levantar la voz ante el enésimo abuso es casi un lujo, un riesgo difícil de asumir para quien tiene que llevar a casa el sustento que las suyas necesitan para sobrevivir.

Y pese a todo, la única opción realista de darle la vuelta a la situación es abandonar la pasividad y la espera. Solo encontrando la forma de apoyarnos mutuamente y atacar juntas podremos defendernos de unas agresiones que no van a detenerse por sí solas. Sólo ejerciendo presión en la calle, en los centros de trabajo, y de estudio, podemos levantar una fuerza colectiva que imponga nuestras necesidades humanas sobre la voracidad sin límites de su riqueza.

Una fuerza que nos permita no solo conquistar mejoras y defendernos frente a reformas laborales, despidos, abusos puntuales, etc., sino también y sobre todo abrir la posibilidad a la superación del problema desde su raíz: el capitalismo y su lógica de dominación, crecimiento ilimitado y vampirización de todos los aspectos de la vida para la mercantilización y el valor.

Frente a aquellos que quieren que nos conformemos con el cuento de la recuperación, o con la promesa caritativa de un repartimiento un poco más equitativo de la riqueza en forma de políticas estatales, seguiremos insistiendo en la necesidad de emprender un proceso de revolución social. Un proceso de lucha y transformación que pare esta locura y siente las bases de una sociedad en la que el centro esté ocupado por la vida, y no por el dinero; en la que el tiempo, el trabajo, y la energía se organicen para cubrir las necesidades de todas, y no los beneficios de unos pocos.

ANTE LAS AGRESIONES CONSTANTES DE LA PATRONAL Y EL ESTADO,
LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO.

PRIMERO DE MAYO, DIA DE MEMORIA Y DE LUCHA.

VIVA LA REVOLUCION SOCIAL, VIVA LA ANARQUÍA.


Barcelona-España

[Tomado de Alasbarricadas]
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Cartel de la “Asamblea de anarquistas por la emancipación social y de clase”, llamando a una manifestación el viernes 1 de mayo de 2015.

El único camino hacia la abolición de la explotación y la opresión es el de las luchas sociales y de clase sin mediadores.

“Somos nosotros los que hemos construido los palacios y las ciudades de España, América y todo el mundo. Nosotros, los obreros, podemos construir nuevos palacios y ciudades para reemplazar a los destruidos. Nuevos y mejores. No tememos a las ruinas. Estamos destinados a heredar la tierra, de ello no cabe la más mínima duda. La burguesía podrá hacer saltar en pedazos su mundo antes de abandonar el escenario de la historia”.
Buenaventura Durruti

1 de mayo rojinegro

Ninguna ilusión sobre el embellecimiento del Sistema.
Lucha por la revolución social, la anarquía y el comunismo.

Concentración-marcha: Viernes 1 de mayo, Atenas, Museo Arqueológico Nacional, 11:00h.

Asamblea de anarquistas por la emancipación social y de clase
[Atenas-Grecia]

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"Un 1° de mayo como hoy, hace más de 100 años, les mostramos a los burgueses de lo que somos capaces cuando nos juntamos y hacemos temblar este maldito mundo de la economía. 
La lucha nos une y nos recuerda que la vida puede ser completamente distinta. Que podemos vivir sin Estado y sin Capital, que podemos vivir en Comunismo y Anarquía." 
#Amigos del 1° de Mayo

Recordamos este día; no como un día donde nos dicen que hay algo que celebrar: “el trabajo”.

Recordamos este día como lo fue desde sus inicios: un día de lucha y agitación contra la explotación, un día de refriegas callejeras, de sabotajes, tomas y propaganda.

Hoy después de tantos años de olvido y de grandes intentos de los sindicatos y gobiernos por implantarnos la “celebración al trabajo”, es necesario retomar las banderas que le dieron sentido a esta fecha: el cuestionamiento a este mundo de miseria y muerte, llevando a cabo acciones que demuestren nuestra autonomía y fuerza como clase en lucha contra nuestra explotación y dominación.

Es por eso que hacemos este llamado: al abandono de las embotadas celebraciones, las procesiones sin sentido y las fiestas dirigidas por nuestros enemigos. Exhortando a la acción autónoma por fuera del borreguismo y la fiesta, que sólo perpetúan nuestra condición de esclavos asalariados.
  
¡Hoy 1° de Mayo no tenemos nada que celebrar!
¡Hoy (como siempre) es un día más para LUCHAR!

[1° Mayo 2015, región mexicana] 
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1° de Mayo: Contra la sociedad de clases: Hacia una crítica radical del trabajo asalariado


anónimo
Jueves 7 de mayo de 2015

Vivimos en el mundo de la producción de valor, todo lo que hacemos, nuestras actividades vitales como alimentarnos, relacionarnos con nuestros amigxs, hermanxs o vecinxs, o la forma en como proyectamos nuestros intereses personales, se han hecho prisioneros y convertido en ejecutantes de los intereses del valor. Para producir valor y acumularlo bajo la forma de dinero, el capitalismo necesita de nosotrxs, la inmensa mayoría que no tiene otra forma de sobrevivir más que vendiendo su fuerza de trabajo para obtener un sueldo que nos permita tener acceso al cúmulo de mercancías, a la vez que nosotrxs mismxs nos reproducimos como mercancía. Puesto que representa el único medio a través del cual procuramos nuestra supervivencia, el trabajo se nos presenta como algo natural, incluso como fuente moral para el desarrollo personal, o como algo que no posee un contenido más allá del sentido práctico de conseguir dinero para comprar mercancías. Sin embargo, el trabajo no se reduce simplemente a la actividad a través de la cual producimos cosas o prestamos servicios, trabajar significa antes que todo, la mediación social a través de la cual se producen y reproducen relaciones sobre la totalidad social, relaciones moldeadas y expresadas a través de la mercancía y el capital, relaciones que implican la subsunción de toda actividad a la dictadura de la acumulación de valor, relaciones creadas para el dominio de la clase burguesa.

Frente a esta realidad mistificada por la mediación-mediatización del trabajo en cuanto relación social, es indispensable para el proletariado recuperar una crítica radical del trabajo asalariado, dirigiéndose más allá de la crítica sometida exclusivamente al ámbito de la producción, entendiendo este como una dimensión separada del resto de la vida. En el capitalismo, producción, trabajo, consumo y tiempo de ocio, representan sólo distintos momentos de un mismo proceso, atravesado de principio a fin por la racionalidad mercantil. Esta transversalidad del dominio del trabajo, es lo que define, en la fase actual del capitalismo, nuestra situación actual de clase: la subjetividad fragmentada del proletariado.

El predominio de la mercancía sobre la vida tiene como resultado la banalización de la actividad humana, es decir, la pérdida del control y el significado de las esferas en las que deberíamos realizar colectivamente nuestra subjetividad. En este proceso las instituciones que regulan la vida social y política se reducen a instrumentos de control y administración de los intereses de la clase dominante. En al actual contexto de corrupción de la política burguesa, los análisis superficiales han reducido la problemática a la expresión de una supuesta “crisis de representatividad” o “crisis de liderazgo” al interior de los principales partidos políticos que actualmente detentan el control del Estado y sus aparatos. Sin embargo, lo que se encuentra detrás de los casos PENTA-SOQUIMICH o Luksic-Caval, no es otra cosa que la expresión más evidente del predominio de los intereses del capital sobre las instituciones políticas. En este sentido, el “problema de la corrupción” no correspondería sólo a una cuestión aislada y solucionable desde la misma institucionalidad democrática burguesa, sino que se constituye como parte intrínseca de una sociedad sometida a los caprichos de la ley del valor.

El momento actual de repliegue del proletariado como sujeto histórico en el ámbito de las luchas sociales, ha generado la apariencia del “fin de la lucha de clases”, sumado a la emergencia de nuevos actores sociales, que por cierto, surgen de la misma fragmentación de la vida impuesta por el capital. Esto ha facilitado el trabajo de los defensores del orden social, a favor de la anulación de la negatividad radical que se anida en el proletariado constituido como clase. Con esto no queremos caer en un enfoque de análisis economicista, que pasa por alto otras dimensiones relevantes que configuran la situación subjetiva y objetiva de los proletarios, como pudiesen ser la etnia, el género, etc., sino que enfatizar en las lógicas reformistas, que han coartado el accionar de los llamados “movimientos sociales” y sus luchas sectorializadas. No se trata de reducir la multiplicidad de las expresiones desde las cuales puede reactivarse la lucha social (qué habría sido de estos últimos años sin el dinamismo y la originalidad de la lucha estudiantil), sino insistir en que sin realizar la crítica radical y unitaria del trabajo asalariado y del dominio de la mercancía, la crítica del patriarcado o de la destrucción del medio ambiente se quedan estancadas en la aridez de las luchas parceladas.

Pese a lo anterior, en los últimos años ha sido posible observar la reemergencia de lxs asalariadxs como protagonistas de diversas expresiones de la lucha social. Sin duda 2011 provocó una ruptura en relación a los ciclos de la lucha de clases en la región hasta ese momento, posibilitando un avance en la configuración del proletariado en sujeto revolucionario. A pesar de su carácter limitado y reivindicativo, las movilizaciones del sector portuario o de los trabajadores del retail, han significado la generación de espacios a partir de los cuales lxs asalariadxs pueden cambiar la dinámica de sus relaciones y tomar conciencia de sus intereses de clase, es decir, el dejar de ser proletarios y auto-suprimirse como clase explotada. Frente a las potencialidades de radicalidad presentes en estas luchas, no es de extrañar que los sectores reformistas intenten contener estas expresiones, reforzando la integración del trabajo al capital por medio de reformas económicas favorables a la perpetuación del orden social. La reciente propuesta de reforma laboral, su orientación a delimitar y penalizar aquellas expresiones no institucionalizadas de las luchas, y su búsqueda por postergar lo más posible la instancia de huelga, dan cuenta de esto.

Es fundamental en este punto insistir en que la configuración del proletariado como sujeto revolucionario no se hace posible sólo a partir de la acumulación cuantitativa de experiencias sectoriales y reivindicativas. Por el contrario, requiere de cambios cualitativos en la forma de comprender los conflictos sociales, de manera de poder llegar a una situación de enfrentamiento directo entre clases. Puesto que el capitalismo no sólo constituye una determinada forma de organizar la economía, sino que implica, antes que nada, una determinada forma de relación social, la auto-emancipación del proletariado requiere de una resignificación radical a nivel de las relaciones sociales y de la liberación gradual de su actividad y potencialidades. Esto sólo es posible a partir de las instancias presentes en las luchas concretas y los procesos de esclarecimiento y aprendizaje que estas contienen. Finalmente, esta auto-emancipación jamás estará completa sin la abolición del trabajo, la forma-mercancía, y todos los engranajes de una reproducción de la vida sometida a la acumulación de valor de cambio: no se trata de gestionar de otra manera el modelo de producción, sino de superarlo.

[Tomado de Hommodolars]

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