N. del E.: No compartimos algunas posturas ni algunos términos con los autores del siguiente texto, pero lo reproducimos porque es una buena contrainformación sobre un aspecto de la lucha de clases o de la guerra social en $hile: la lucha anticarcelaria y el "anti"-terrorismo del Estado. Además porque posee algunos elementos para un buen análisis sobre esta situación específica, la cual ciertamente trasciende las fronteras chilenas (concretamente, a España y a Grecia). En ese sentido, nos está diciendo algo característico y sintomático sobre la guerra de clases mundial en estos tiempos (ver también el texto "Romper el cerco..." al final de esta entrada). Y sobre todo porque, más allá de las fronteras geográficas e ideológicas, desde aquí siempre solidarizamos y solidarizaremos con lxs compañerxs presxs por luchar en ese país -y en todo el mundo- como compañerxs de lucha contra el mismo enemigo: el capital-estado mundial; como proletarios revolucionarios e internacionalistas por la guerra de clases, la acción directa, la insurrección y la revolución comunista y anárquica mundial.
***
Reflexiones y situación de lxs compas en prisión
Hoy, luego de un largo tiempo en
silencio, más no en inacción, volvemos a retomar la contrainformación
para dar a conocer públicamente la situación de lxs compañerxs que se
encuentran prisionerxs en las cárceles del territorio dominado por el
Estado $hileno. Creemos que la comunicación
entre afínes es importante para construir lazos y redes que nos permitan
propagar las ideas que mueven nuestrxs negros corazones, más también no
podemos obviar que como Colectivo fueron necesarios momentos de
reflexión, autocrítica y revisión del apañe solidario que generamos
desde este pequeño frente de lucha, lo que sin duda trajo de la mano
cierta interferencia en esa comunicación. Durante este tiempo hemos
querido priorizar el intercambio de ideas con compas presxs,
enfocándonos en aportarles cotidianamente en la digna y rebelde
resistencia que logra resquebrajar el agobiante encierro, permitiéndoles
evadirse aunque sea a ratos de las profundidades carcelarias. Aun así,
somos conscientes de la necesidad de no sólo vivir la revuelta desde
nuestras individualidades, sino que también propagarla, y el presente
comunicado es un sencillo intento de aquello.
NO IMPORTA DE QUÉ LADO DEL MURO TE ENCUENTRES, ¡LA GUERRA SOCIAL NO SE DETIENE!
Porque cada día que pasa, nuestrxs
compañerxs resisten entre los barrotes y muros carcelarios, en las
mismísimas fauces del enemigo que pretende doblegarlxs…
Porque no somos indiferentes al encierro de nuestrxs hermanxs ni mucho menos olvidamos los golpes recibidos…
Porque cada hora, minuto y segundo
cuentan si queremos hacernos parte de una ofensiva que combata al poder y
la autoridad en todas sus formas…
El año 2014 estuvo marcado por las
extensas condenas que las juezas Celia Catalán Romero, Patricia Bründl
Riumalló y María Alejandra Cuadra Galarce repartieron a lxs compañerxs
acusados en el denominado Caso Security, quiénes con un historial
revolucionario conocido por el poder, fueron sindicados como los
culpables perfectos de una serie de expropiaciones bancarias y el
asesinato en una de ellas de un lacayo policial, el cabo Luis Moyano en
el año 2007. Si bien el juicio político terminó para Juan, Freddy y
Marcelo, con 42, 15 y 14 años de prisión respectivamente, aún sigue
vigente la causa para el compañero Carlos Gutiérrez Quiduleo, que
permaneció 6 años en clandestinidad y quién actualmente se encuentra en
investigación acusado en primer lugar por su participación en distintos
asaltos bancarios, siendo luego reformalizado también por porte ilegal
de armas y la lesión de un carcelero en la sección de máxima seguridad
donde estuvo más de 6 meses en un régimen de encierro estricto,
arriesgando en total cerca de 30 años de prisión. Actualmente el
compañero se encuentra habitando el módulo H Sur (3er piso) de la Cárcel
de Alta Seguridad, con visitas 1 vez a la semana y a la espera de que
en los próximos meses se reactive el juicio en su contra.
Por otro lado, el 18 de septiembre del
año recién pasado, fuimos testigos de cómo una compañera y dos
compañeros eran detenidxs acusados de ataques terroristas al metro de
Santiago (Ataque ocurrido en la estación Los Dominicos y en el Subcentro
de Escuela Militar, a pasos de la estación de metro del mismo nombre),
así como también del ataque coordinado a dos comisarías de la capital
(en la comuna de Santiago y El Bosque) junto con la tenencia de pólvora.
Así, los nombres de NATALY CASANOVA, JUAN FLORES y GUILLERMO DURÁN
comenzaron a sonar en la mediática cobertura de la prensa burguesa, en
el conjunto de la ciudadanía y también en el entorno antiautoritario.
Culpables o inocentes, poco y nada nos importa, pues nos solidarizamos
ante todo con quiénes dejaron en claro a través de gestos más o menos
explícitos que son enemigos del poder, con quienes llevan la cabeza en
alto al enfrentar el aparataje policial, judicial y carcelario que los
pone en uno de los escenarios represivos más difíciles del último
tiempo. Que lo sepan en San Miguel donde se encuentra recluida la
compañera Nataly y en el módulo de máxima seguridad de Santiago 1 que
ocupa Juan, que lo lea también Guillermo en el arresto domiciliario
total: uds. compañerxs no están solxs, nos hermanamos con su voluntad de
luchar contra un orden demencial que solo perpetúa la miseria del ser
humano, pues la forma en que llevan su vida y que fue ventilada sin asco
por los medios de desinformación nos habla de los valores que arraigan;
nos hermanamos con la digna resistencia que están llevando a cabo al
interior de la prisión, que lxs hace ser reconocidxs como presxs
políticos por sus carcelerxs y las autoridades en general quiénes
afirman que no están pasando desapercibidxs; nos nace una sonrisa al
saber que pueden comunicarse y verse al menos en una visita mensual para
continuar el camino que decidieron llevar juntxs. Por estos días,
cuando recién van 5 meses de investigación bajo ley antiterrorista -de
los 10 que fueron ordenados en un primer momento- nos enteramos de que
ya fue levantado el secreto de la causa y que las pomposas pruebas que
dicen tener en contra de lxs compañerxs no son más que pruebas
circunstanciales de las que no se puede concluir con certeza una
responsabilidad directa en los ataques que el poder les adjudica.
Seguramente son más culpables de querer subvertir una realidad
enajenante y de querer recuperar sus propias vidas que de “actos
terroristas”. Sin embargo, poco nos interesan los matices que el proceso
judicial pueda tomar en este caso, no estudiaremos las leyes ni
alegaremos por un montaje jurídico, nuestro objetivo con lxs compañerxs
es la solidaridad revolucionaria más allá de cualquier límite, esa capaz
de romper efectivamente el aislamiento y repeler la condena mediática y
ciudadana que claman por castigos ejemplificadores, por criminales
peligrosxs tras las rejas.
Pero más allá de las palabras sinceras
que han ido naciendo hasta aquí, existe una realidad que poco a poco
vuelve a tomar ritmo y que no podemos desconocer, hablamos del termino
de las vacaciones y de cómo lxs grandes y pequeñxs poderosxs se sacuden
del letargo veraniego para recordarnos que en realidad nunca dejaron de
trabajar: por un lado nos enteramos por la prensa de una querella por
amenazas en contra de la compañera Nataly por el ataque verbal que
habría hecho a una carcelera instándola a “no “caminar sola por la
calle”; junto con ello, fueron señaladas todas las anotaciones de mal
comportamiento que ha tenido durante los días que lleva en prisión (lo
que le ha significado en algunas ocasiones el castigo de la visita con
sus cercanxs o con su compañero) y se afirmó asimismo que estaría en
comunicación con Juan a través de medios de internet. En forma paralela y
creemos que a raíz de lo mismo, recibimos hace pocos días información
del compañero acerca de los últimos movimientos que en su caso ha hecho
el aparataje represivo-carcelario:
“El día lunes 23 de febrero aprox. a
las 6pm, un contingente exagerado de lacayos de gendarmería ingresa a la
celda en la que habito desde nuestro secuestro por parte del poder,
irrumpen violentamente, después del encierro general del módulo 1, entre
20 y 25 lacayos refiriéndose a mí con insultos en primera instancia, me
sacan de la celda explicándome que era solo un procedimiento de rutina,
pasando los minutos y escuchando como sonaban hojas de propaganda
solidaria, alego porque me estaban rompiendo las cosas, y es ahí donde
estos tipos me proporcionan insultos y yo claramente les respondo en los
mismos insultos. Comienzan a patearme, y luego me esposan de manera
doble “una esposa sobre la otra”, y continúan golpeándome en las
costillas y en las rodillas para que me arrodillara, a lo cual intento
defenderme… soy trasladado al sector de la guardia interna y castigado
por amenaza de muerte y agresión a funcionarios de gendarmería con 10
días de aislamiento, q luego bajaron a 4. Me encuentro bien, entero,
enrabiado por el trato en las cárceles y a que a muy pocxs importa.”
Justamente porque somos de esxs pocxs a
lxs que nos importa, hoy alzamos la voz por lxs compañerxs, para dejar
en claro que cada palabra que logra resquebrajar los muros de la prisión
y salir hacia un entorno que lucha cotidianamente debe ser tomada en
cuenta, pues aquel mínimo gesto -que muchas veces es visto como algo
normal o a lo que ya estamos acostumbradxs, – se transforma en un grito
de guerra cuando el aislamiento, el control exhaustivo y la censura
buscan acallarlo. Que la consigna “cuando tocan a unx nos tocan a todxs”
no quede vacía de contenido, que la rabia por el trato en las cárceles
se expanda como la peste negra y se transforme en acción.
Ahora bien, sabemos -o debiéramos saber-
que el poder en su avance más explícito no da tregua, y no sólo el
segundo semestre del año 2014 fue duro, sino que el año 2015 comenzó con
nuevos golpes que sin duda buscaron ahondar aún más la creencia de que
la subversión -o en el lenguaje de lxs poderosxs, la delincuencia- está
siendo combatida. Así, el juicio político comenzado en enero y
finalizado el día 4 de febrero con la condena a la compañera Tamara Sol
(recluida hace más de un año en la cárcel de San Miguel) por el
homicidio frustrado calificado de un guardia de seguridad de una
sucursal del Banco Estado y el delito de hurto, fue otra señal más de
que cualquier acto que se realice en contra del orden establecido será
duramente castigado. A la compañera le dieron 7 años de prisión pues no
le reconocieron todas las atenuantes que la defensa alegó y su conducta
se consideró como premeditada. Si bien lxs jueces José Flores Ramírez,
Jenny Morales Espinoza y María Araya Tapia ya dictaron su condena, lxs
abogadxs presentaron la nulidad de la sentencia ante la corte para
intentar anular el juicio o rebajar los años. Tamara Sol, en tanto, fue
cambiada desde el módulo 1 al módulo 2 (que se estuvo construyendo
durante el 2014, especialmente para presas de connotación pública o
delitos complejos) y que es como un área de seguridad, ya que es pequeño
(espacio para 15 personas), tiene patio propio con 2 cámaras y el
guardalínea. Antes recibían luz natural a través de ventanas del módulo,
pero ahora tienen solo luz artificial. Sin embargo, están en
condiciones más o menos similares (siguen siendo 13, 2 ó 3 por pieza;
tienen 2 horas de patio en la mañana y en la tarde; acceso limitado a
teléfono “público”; baños dentro del módulo…). Es importante para
nosotrxs aclarar que creemos que todas las cárceles más o menos
acondicionadas, con mejor o peor infraestructura o sistema de
funcionamiento, con más o menos “regalías” todas sin excepción son
centros donde el exterminio de las personas (no sólo de nuestrxs
compañerxs) está a la orden del día, y por lo mismo no relatamos las
condiciones de los módulos con el fin de comparar o exigir mejoras o más
beneficios entre uno u otro, sino que simplemente para que exista un
conocimiento de cómo están nuestrxs compañerxs al interior.
Por otro lado otra noticia cercana en el
tiempo fue la detención a principios del mes de febrero del compañero
Diego Ríos, quién estuviera clandestino desde el año 2009 cuando tras un
aviso de su madre a la policía de la existencia de materiales para la
fabricación de artefactos explosivos en su departamento, debió darse a
la fuga situación en la que permaneció durante 5 años y 8 meses, siendo
detenido el 7 de febrero en La Ligua por personal de la PDI. El
compañero fue formalizado bajo la ley de control de armas por la
tenencia de elementos para la confección de artefactos explosivos (4
kilos de pólvora, un detonador y otros materiales) y se ordenaron 30
días de investigación bajo prisión preventiva. En un primer momento
Diego estuvo en el 1er piso de la cárcel de máxima seguridad bajo
vigilancia por cámara las 24hrs., siendo trasladado hace pocos días al
piso 4to donde ya se encuentra sin vigilancia permanente de una cámara y
sin otros presos.
Aprovechamos asimismo la instancia para
mencionar que en la misma sección carcelaria pero en un piso distinto se
encuentra también recluido Alfredo Canales Moreno, preso revolucionario
que fue devuelto hace pocos meses al territorio $hileno tras ser
encarcelado en Brasil luego de perpetrar junto a Mauricio Norambuena
(“Comandante Ramiro”, del FPMR) y otrxs revolucionarixs el secuestro del
publicista Washington Olivetto en el año 2001, siendo condenado a 30
años de prisión, restándole por cumplir 18. Si bien remarcamos las
diferencias ligadas al funcionamiento político de la orgánica en la que
el compañero participó, no podemos desconocer su historia de lucha y por
lo mismo es de nuestro interés extender las redes de comunicación y
solidaridad con quiénes desde algún punto o matiz podemos cruzar caminos
y terminar afinando posturas, reflexiones e ideas; ya que también
entendemos que en la lucha anticarcelaria nos hermanamos más allá de una
determinada tendencia o etiqueta política, pues la dignidad no se mide
ni en colores ni en banderas.
Ahora, pese a que el tiempo transcurre a
veces sin siquiera notarlo, no podemos olvidar la prisión de compañeros
que ya fueron condenados a cumplir años de encierro y que desde su
detención, pasando por el juicio y la sentencia, han debido enfrentar
con las herramientas que a su alcance tengan, el escenario carcelario
sobrellevando a diario un pasar de incomunicación y aislamiento alejados
de sus más cercanos (compañeras, hijxs, familias, y amigxs). Así, no
perdemos de vista al compañero HANS NIEMEYER SALINAS que está condenado a
5 años y 300 días de prisión (por su participación en el ataque
explosivo a un banco y el delito de daños); a los compañeros ALEJANDRO
ASTORGA VALDÉS (ex miembro del MIR y del Movimiento Revolucionario Tupac
Amaru en Perú) y RENÉ SANHUEZA MUÑOZ, acusados por su participación en
un asalto bancario a un Santander en la comuna de Pudahuel el año 2013,
condenados en un primer momento a 16 y 14 años de prisión,
respectivamente, condenas que finalmente quedaron en 13 años luego de la
rebaja que hizo la corte.
Entre estas líneas nos parece importante
mencionar además, alguna información actual del compañero MARCELO
VILLARROEL quién hace pocos días sufrió una nueva descompensación
cardíaca siendo derivado de urgencia fuera de la prisión al hospital San
Borja, por el riesgo que esto significaría para su salud; luego de todo
el operativo policial y de gendarmería, de pasar una noche en el
hospital y de los chequeos médicos de rigor, el compañero fue
reingresado al módulo H Norte de la Cárcel de Alta Seguridad donde se
encuentra cumpliendo condena. Relatamos esto no con el afán de generar
sentimientos de lástima sino porque a raíz de la comunicación entre
afines, como decíamos al comienzo en la nota previa, se van tejiendo las
redes que permiten apoyar y sobrellevar colectivamente el escenario
carcelario de cada compañerx en prisión. Hoy es Marcelo quien se
encuentra con problemas de salud y sabemos que las autoridades
carcelarias no sienten la urgencia de otorgar un tratamiento idóneo que
permita disminuir el riesgo de un ataque cardíaco que le pueda costar la
vida. Si bien el compañero maneja con entereza la situación y no
permite que el malestar físico lo agobie, creemos que la información no
está demás sacarla a la luz si de esta forma podemos generar la vía para
aportes que de alguna u otra forma lo ayuden a mantener o mejorar su
salud.
No olvidamos tampoco a MONICA CABALLERO y
FRANCISCO SOLAR, detenidos desde noviembre del año 2013 en España,
acusados del ataque explosivo a una iglesia (Basílica del Pilar en
Zaragoza) y quiénes hace pocos meses debieron soportar desde el encierro
la represión directa al entorno más cercano que solidarizaba con ellxs
en ese territorio, jugada represiva denominada “Operación Pandora”. A
finales de enero, recibimos con alegría la noticia de que lxs 7
compañerxs que estaban en prisión preventiva por este caso ya se
encontraban en libertad bajo fianza, aunque no obviamos que el proceso
sigue en su contra. Sin duda, otra muestra más de que la solidaridad
cuando es efectiva es duramente castigada.
Finalmente, no podemos terminar estas
palabras sin recordar en este presente de lucha a un compañero que hace
poco tiempo cayó en combate, reafirmando la idea de que aquellxs que
luchan toda su vida, aquellxs imprescindibles, difícilmente pueden
sortear su destino forjado a fuego. Hablamos del compañero Jorge
Saldivia Espinoza quien fuera miembro del FPMR durante la dictadura de
Pinochet, y que fue asesinado en un intento de expropiación de un camión
Brinks, la mañana del 03 de octubre del año 2014 en la comuna de Maipú.
Jorge llevaba poco más de un año fuera de la prisión sujeto a la
libertad condicional, luego de cumplir una condena de cerca de 21 años
debido a la decisión de seguir luchando en democracia, alejándose del
acomodo por el que muchos de sus ex compañerxs optaron.
Hoy, a poco más de 5 meses de su muerte,
lo hacemos parte de nuestra memoria combativa, pues su vida rebelde y la
entereza y dignidad con la que enfrentó incluso los centros de
exterminio más duros, no pueden quedar relegados al olvido o al recuerdo
de sus más cercanxs, y son para nosotrxs un recordatorio permanente de
que la cárcel sí se puede combatir.
Cerramos estas líneas afirmando que la
lucha anticarcelaria es sólo otro frente más desde el cual se puede
atacar a la autoridad, que si bien en este territorio dominado por el
Estado $hileno no son pocos lxs compañerxs encarceladxs, aún quedamos
compañerxs que desde el otro lado del muro estamos dispuestxs a sortear
las dificultades y los coletazos de la represión para seguir agudizando
el conflicto contra el poder, porque sin duda la cárcel es sólo otro
escenario más en la lucha contra la dominación, y porque no hay gesto
más noble que seguir combatiendo por nosotrxs mismxs y también por
aquellxs que por hacerlo están hoy entre las garras del enemigo.
Pd. Un saludo al sargento Maki Gkalimani, que el plomo te venga bien…
“Es hora de actuar, en la
cotidianeidad con nuestros afines, por la destrucción de la sociedad
carcelaria y de cualquier intento social de reformar este asqueroso
sistema de muerte. La solidaridad no debe jamás ser una consigna vacía,
sino una acción cotidiana de enfrentamiento con el poder y un apoyo
constante a l@s herman@s secuestrad@s en esta guerra a muerte.” - Mauricio Morales Duarte
Colectivo Anticarcelario Vuelo de Justicia
vuelodejusticia@riseup.net
[Chile, marzo 2015]
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Tomado de Hommodolars
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