15 de abril de 2020

Breve análisis crítico de las últimas medidas económicas del gobierno de Moreno “para enfrentar la emergencia sanitaria” y de su “Programa Ecuador Solidario”


El gobierno empresarial, mafioso, represivo y mentiroso de Moreno-Sonnenholzner-Romo nos está imponiendo a los proletarios de Ecuador un “paquetazo” económico peor que el de octubre del año pasado, en el cual lo fundamental es la reforma laboral y la combinación estatal de “el palo” y “la zanahoria”.

El palo:

1.       Reducción de la jornada laboral y del salario. Esto significa aumentar la tasa de explotación de la clase trabajadora, específicamente la tasa de plusvalía relativa (producir lo mismo o más en menos tiempo). No es una medida nueva ni coyuntural, es una medida histórica y estructural o una contratendencia del Capital en situación de crisis para compensar la caída de su tasa de ganancia. Pero, según el ministro de economía Richard Martínez, es una medida “para evitar despidos” o para “preservar el empleo y el tejido productivo”.*
2.       Reducción del 4% del salario de los trabajadores públicos y privados que ganen de 500 dólares en adelante durante 9 meses. Dinero que irá a parar a la “cuenta nacional solidaria”, misma que debe llegar a los 1300 millones de dólares “para enfrentar esta emergencia”, de los cuales, a su vez, dicho porcentaje incautado al salario de los trabajadores debe sumar 800 millones. Es decir, hacer pagar la crisis a los trabajadores asalariados.
3.       Trabajadores públicos impagos. Ej.: docentes (porque a los policías y los militares se les paga primerito). Esta es otra forma de hacer pagar la crisis a los trabajadores asalariados. Además, esta masa salarial impaga suma más de 310 millones de dólares, casi la misma suma que el gobierno pagó el mes pasado por concepto de deuda externa (320 millones de dólares). Doble robo estatal de los burgueses a los trabajadores.
4.       Más de 1300 denuncias de despidos intempestivos registradas hasta el momento en el Ministerio de Trabajo. Esto significa aumento del desempleo, el subempleo y la pobreza.
5.       Regulación estatal de despidos de trabajadores “por caso fortuito o fuerza mayor”, según último acuerdo ministerial. Esto también significa aumento del desempleo, el subempleo y la pobreza.
6.       “Focalización de los subsidios a los combustibles”, es decir un nuevo “gasolinazo” en los próximos meses, en este país en el cual, como se dice coloquialmente, “si sube (el precio de) la gasolina, sube (el precio de) todo”.

La zanahoria:

1.       Reducción del 50% del súper sueldo de ministros y asambleístas nacionales. Una medida supuestamente “ejemplar” y “solidaria”, pero que en realidad es una medida compensatoria y populista con respecto a las medidas de austeridad arriba enumeradas. Además, algunos de estos altos funcionarios del Estado (incluido el primer ministro) tienen 2 súper sueldos, son empresarios y/o tienen otras fuentes de altos ingresos.
2.       Contribución de un 5% de las utilidades de las empresas que ganen más 1 millón de dólares al año durante 9 meses para la mencionada “cuenta nacional solidaria”. Dinero que sumaría poco más de 500 millones de dólares “para enfrentar esta emergencia”, es decir ni la mitad de lo que el gobierno les va a hacer pagar a los trabajadores asalariados (800 millones de dólares).
3.       “Fondo de liquidaciones” en caso de cierre de empresas y de despidos, “dando prioridad a los más débiles”, es decir a los trabajadores que van a dejar sin trabajo ni ingreso para sobrevivir en esta crisis.
4.       “Bono solidario de emergencia” de 60 dólares mensuales (una miseria: la canasta básica familiar cuesta 716 dólares) que no reciben todos los pobres, desempleados ni subempleados de este país, pese a que el gobierno diga que ya lo han recibido cientos de miles.
5.       “Donación solidaria” de 10 millones de dólares por parte del Banco Pichincha y de 5 millones por parte del Banco de Guayaquil, los bancos más grandes y poderosos de este país. Cantidades irrisorias si se las compara con los cientos de millones de dólares que ganan al año y con las decenas de millones de dólares que le deben al Estado por evasión de impuestos. Por si fuera poco, en una reciente ley ad hoc (más bien, hecha a dedo), estas donaciones son consideradas como “créditos tributarios”, es decir como pago por anticipo de impuestos por parte de tales bancos. Negocio redondo pero “solidario”. Esto aplica también para otras empresas que también han hecho “donaciones para los más pobres”.

En síntesis: la burguesía ecuatoriana está aprovechando “la crisis del coronavirus”, el estado de excepción sanitaria y la cuarentena o el aislamiento social obligatorio, para hacer lo que no pudo hacer en la batalla de octubre del año pasado contra la clase trabajadora ecuatoriana. Está aprovechando la situación actual para atacar, robar, explotar, precarizar, empobrecer, enfermar y matar mucho pero mucho más al proletariado (urbano y rural) de este país, con el pretexto de “la emergencia económica y sanitaria” y “la solidaridad”. Con respecto a estas últimas medidas anunciadas este 10 de abril, el gobierno habla de “economía de acuerdos”, pero en realidad es una imposición económica (el palo) de la clase capitalista sobre la clase trabajadora para gestionar su crisis, más allá de si esto es legal (constitucional) o no. Habla de “solidaridad”, pero en realidad es caridad burguesa (la zanahoria), pura migaja, más allá de si esto es moral o no. En pocas palabras, es terrorismo patronal y estatal, pero democrática y mediáticamente encubierto y legitimado.

Sin duda, esto produce mucha rabia. Pero más rabia produce que los explotados no reaccionen frente a tal masacre económica, laboral y sanitaria (más de 7800 contagiados y más de 380 muertos por coronavirus hasta la fecha, según cifras oficiales) como reaccionaron con la revuelta de octubre del año pasado. Ojalá que al menos estén acumulando mucho odio de clase y lo hagan explotar en las calles en la cara de la burguesía y el Estado cuando se acabe esta cuarentena. Aunque también hay que decir que, por obvias razones, ya hay unas pocas protestas de algunos/as trabajadores/as despedidos/as por algunas industrias así como también de algunos/as trabajadores/as de la salud (considerando que el 45% de los contagiados de coronavirus en este país son trabajadores de la salud y que no cuentan con todos los insumos de bioseguridad para trabajar).

Con estas medidas, la burguesía puede estar resolviendo a su codiciosa y violenta manera un problema a corto plazo, pero en cambio está generando problemas económicos, laborales, sociales y políticos más graves a mediano y largo plazos. Como decía Marx, la burguesía produce sus propios sepultureros… a la corta o a la larga. Claro que esto está por verse o no en la práctica social e histórica.

Con esto último quiero decir que sólo la lucha de clases real es la que, como siempre, tiene y tendrá la última palabra. Esta es “mi” “propuesta” o “solución” a los problemas arriba planteados, ya que la mayoría de veces la mayoría de lectores siempre termina exigiendo tal cosa: “ya ok, muy bien toda tu crítica, pero entonces ¿qué propones que hagamos?”, suelen decir. Primero, porque el objetivo de este artículo es analizar críticamente las últimas medidas económicas del gobierno ecuatoriano, las cuales en realidad sólo son un ejemplo particular y local más de las medidas que está tomando el Capital-Estado mundial en estos momentos. Y segundo, porque considero seriamente que es más objetivo o materialista plantear que la “solución” o la “propuesta” frente a este problema sólo puede venir de la lucha de clases real, antes que plantear un programa o conjunto de medidas comunistas inmediatas que van desde “trabajar menos, trabajar todos, producir lo necesario” y los saqueos a supermercados hasta la huelga de alquileres y exigir exámenes, mascarillas y medicamentos contra el coronavirus gratis para todos, etc. (lo cual está bien y ya lo han hecho otros compañeros en otros lugares: ver p. ej. los textos sobre las pandemias del capital y el antagonismo de clases del grupo Barbaria, o la guía anarquista para sobrevivir al virus del grupo Crimethinc); y que criticar sin tapujos ni piedad el reformismo estatista, redistribucionista y legalista típico de las izquierdas del Capital (lo cual también ya lo han hecho con razón otros compañeros en otros lugares).

Sin embargo, aquí dejo anotadas algunas “banalidades de base” para la crítica radical con respecto a la situación que estamos malviviendo los proletarios aquí y en todas partes. Las crisis son momentos de verdad, es decir momentos en los cuales los fundamentos y las contradicciones del sistema capitalista quedan al descubierto. Y la verdad es que el coronavirus no es la crisis sino que agrava la crisis y la catástrofe cotidiana que es el capitalismo. Que el capitalismo es un sistema de explotación y de muerte. Que el Estado no es neutral sino que es el Estado del Capital, el Estado burgués, el Estado de y para los ricos. Que la democracia en realidad es la dictadura de los ricos sobre los explotados y oprimidos. Que los proletarios no debemos esperar nada del Estado (como exige la izquierda) ni mucho menos de las empresas (como plantea la derecha), sino que debemos tomar las riendas de nuestras propias vidas en todos los aspectos (trabajo, alimentación, vivienda, salud, educación, comunicación, tiempo libre, relaciones humanas, etc.), partiendo de la base material de reapropiarnos de las condiciones materiales de existencia como son los medios de producción y de consumo de todo tipo, y de practicar la solidaridad, el apoyo/cuidado mutuo, la autoorganización y la acción directa para el efecto. Que todo esto no es un problema local sino un problema mundial, porque el capitalismo es un sistema mundial (en otros países, p. ej. Italia, España, EE.UU., Chile, etc. la situación económica y sanitaria, las medidas de austeridad y la represión estatal son peores). Y que, hoy más que nunca, no sólo es necesaria una revuelta o una rebelión para ponerle fin a esta catástrofe, sino una revolución. Y la revolución es radical o no es. Radical significa abolir y superar las raíces del sistema capitalista: la propiedad privada, el trabajo asalariado, el valor, la mercancía, el dinero, el mercado, el Estado, la sociedad de clases. De nada o poco sirve sólo atacar sus frutos podridos, sus hojas, sus ramas y hasta su tronco. A problemas radicales, soluciones o medidas radicales. De lo contrario, a los proletarios sólo nos queda más miseria y más muerte. Pero esto no es una cuestión que se resolverá teóricamente: la lucha de clases real es la que, como siempre, tiene y tendrá la última palabra.

Un proletario cabreado de la región ecuatoriana
Mediados de abril de 2020


* Noticia en desarrollo:
Estos son los puntos específicos que plantean el Gobierno y las Cámaras Empresariales al respecto: 
«1. TRES MESES SIN SUELDO: La reforma que propone el Gobierno capitalista plantea que los empresarios pueden suspender 3 meses a los trabajadores sin salario.**
2. REDUCIR SALARIO Y JORNADA: Los empresarios podrán durante 12 meses reducir el salario si así lo desean, y modificar las jornadas de trabajo de 40 a 30 horas semanales.
3. PASAR AL TRABAJO POR HORAS: El trabajador pierde toda estabilidad laboral, no hay relación de dependencia con la empresa. Se paga por hora trabajada.
4. RECUPERAR SALARIO ACTUAL: Si al cabo de dos años la empresa se recupera a costa de la explotación y el irrespeto a los derechos laborales, los trabajadores podrán recuperar el salario actual. Es decir, en 2022 los trabajadores podrían ganar el sueldo que ganaban en febrero 2020.» (Fuente: Red de Prensa Popular Ecuador. Actualización: 15 de abril de 2020, 9 PM)
** «Ante las noticias que están circulando sobre el análisis de suspensión laboral de tres meses sin sueldo, en medio de la emergencia por #Covid_19, esta cartera de Estado emite el siguiente comunicado:
Esta cartera de Estado informa a la ciudadanía que, a fin de precautelar el empleo, la producción y economía del país durante la emergencia sanitaria que atravesamos, ha convocado al diálogo social a distintos sectores para de manera conjunta trabajar en propuestas que reactiven la economía y velen por los derechos laborales.
Una de las alternativas recibidas, plantea la posibilidad de suspender la jornada laboral por tres meses sin remuneración y sin pago de la seguridad social, medida que después de ser analizada no fue acogida por el Ministerio de Trabajo por lo tanto no consta dentro del proyecto de Ley que será enviado a la Asamblea Nacional.
Cabe recalcar que nuestro deber primordial es y siempre será velar y proteger los derechos de los trabajadores, especialmente garantizando sus plazas de trabajo, sus fuentes de ingresos y una relación laboral justa.» (Fuente: Ministerio del Trabajo del Ecuador. Cuenta oficial de Twitter. Actualización: 15 de abril de 2020, 11 PM)
Sea como fuere, hay que tener claro que, más allá de este demagógico comunicado y de ese tal proyecto de ley que mencionan (al cual hay que estar atentos, sin duda), y detalles más detalles menos, los empresarios y el gobierno igual van a reducir la jornada laboral y el salario, aumentando así la explotación, el desempleo, el subempleo y la pobreza de los trabajadores, para mantener sus ganancias y su poder de clase. Por lo que, de ahora en adelante, el hecho principal al que habrá que “tomar el pulso” será cuándo, cómo y hasta dónde responde el proletariado de este país mediante su lucha de clase a tremendo golpe por parte del Capital y el Estado.  

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