El gobierno empresarial, mafioso, represivo y mentiroso
de Moreno-Sonnenholzner-Romo nos está imponiendo a los proletarios de Ecuador
un “paquetazo” económico peor que el de octubre del año pasado, en el cual lo
fundamental es la reforma laboral y la combinación estatal de “el palo” y “la
zanahoria”.
El palo:
1. Reducción
de la jornada laboral y del salario. Esto significa aumentar la tasa de
explotación de la clase trabajadora, específicamente la tasa de plusvalía
relativa (producir lo mismo o más en menos tiempo). No es una medida nueva ni
coyuntural, es una medida histórica y estructural o una contratendencia del
Capital en situación de crisis para compensar la caída de su tasa de ganancia.
Pero, según el ministro de economía Richard Martínez, es una medida “para
evitar despidos” o para “preservar el empleo y el tejido productivo”.*
2. Reducción
del 4% del salario de los trabajadores públicos y privados que ganen de 500
dólares en adelante durante 9 meses. Dinero que irá a parar a la “cuenta
nacional solidaria”, misma que debe llegar a los 1300 millones de dólares “para
enfrentar esta emergencia”, de los cuales, a su vez, dicho porcentaje incautado
al salario de los trabajadores debe sumar 800 millones. Es decir, hacer pagar
la crisis a los trabajadores asalariados.
3. Trabajadores
públicos impagos. Ej.: docentes (porque a los policías y los militares se les
paga primerito). Esta es otra forma de hacer pagar la crisis a los trabajadores
asalariados. Además, esta masa salarial impaga suma más de 310 millones de
dólares, casi la misma suma que el gobierno pagó el mes pasado por concepto de
deuda externa (320 millones de dólares). Doble robo estatal de los burgueses a
los trabajadores.
4. Más
de 1300 denuncias de despidos intempestivos registradas hasta el momento en el
Ministerio de Trabajo. Esto significa aumento del desempleo, el subempleo y la
pobreza.
5. Regulación
estatal de despidos de trabajadores “por caso fortuito o fuerza mayor”, según
último acuerdo ministerial. Esto también significa aumento del desempleo, el
subempleo y la pobreza.
6. “Focalización
de los subsidios a los combustibles”, es decir un nuevo “gasolinazo” en los
próximos meses, en este país en el cual, como se dice coloquialmente, “si sube
(el precio de) la gasolina, sube (el precio de) todo”.
La zanahoria:
1. Reducción
del 50% del súper sueldo de ministros y asambleístas nacionales. Una medida
supuestamente “ejemplar” y “solidaria”, pero que en realidad es una medida
compensatoria y populista con respecto a las medidas de austeridad arriba
enumeradas. Además, algunos de estos altos funcionarios del Estado (incluido el
primer ministro) tienen 2 súper sueldos, son empresarios y/o tienen otras
fuentes de altos ingresos.
2. Contribución
de un 5% de las utilidades de las empresas que ganen más 1 millón de dólares al
año durante 9 meses para la mencionada “cuenta nacional solidaria”. Dinero que
sumaría poco más de 500 millones de dólares “para enfrentar esta emergencia”,
es decir ni la mitad de lo que el gobierno les va a hacer pagar a los
trabajadores asalariados (800 millones de dólares).
3. “Fondo
de liquidaciones” en caso de cierre de empresas y de despidos, “dando prioridad
a los más débiles”, es decir a los trabajadores que van a dejar sin trabajo ni
ingreso para sobrevivir en esta crisis.
4. “Bono
solidario de emergencia” de 60 dólares mensuales (una miseria: la canasta
básica familiar cuesta 716 dólares) que no reciben todos los pobres,
desempleados ni subempleados de este país, pese a que el gobierno diga que ya
lo han recibido cientos de miles.
5. “Donación
solidaria” de 10 millones de dólares por parte del Banco Pichincha y de 5
millones por parte del Banco de Guayaquil, los bancos más grandes y poderosos
de este país. Cantidades irrisorias si se las compara con los cientos de
millones de dólares que ganan al año y con las decenas de millones de dólares
que le deben al Estado por evasión de impuestos. Por si fuera poco, en una reciente
ley ad hoc (más bien, hecha a dedo), estas donaciones son consideradas como “créditos
tributarios”, es decir como pago por anticipo de impuestos por parte de tales
bancos. Negocio redondo pero “solidario”. Esto aplica también para otras
empresas que también han hecho “donaciones para los más pobres”.
En síntesis: la burguesía ecuatoriana está
aprovechando “la crisis del coronavirus”, el estado de excepción sanitaria y la
cuarentena o el aislamiento social obligatorio, para hacer lo que no pudo hacer
en la batalla de octubre del año pasado contra la clase trabajadora ecuatoriana.
Está aprovechando la situación actual para atacar, robar, explotar, precarizar,
empobrecer, enfermar y matar mucho pero mucho más al proletariado (urbano y
rural) de este país, con el pretexto de “la emergencia económica y sanitaria” y
“la solidaridad”. Con respecto a estas últimas medidas anunciadas este 10 de abril, el gobierno habla de
“economía de acuerdos”, pero en realidad es una imposición económica (el palo) de
la clase capitalista sobre la clase trabajadora para gestionar su crisis, más
allá de si esto es legal (constitucional) o no. Habla de “solidaridad”, pero en
realidad es caridad burguesa (la zanahoria), pura migaja, más allá de si esto
es moral o no. En pocas palabras, es terrorismo patronal y estatal, pero
democrática y mediáticamente encubierto y legitimado.
Sin duda, esto produce mucha rabia. Pero más rabia
produce que los explotados no reaccionen frente a tal masacre económica,
laboral y sanitaria (más de 7800 contagiados y más de 380 muertos por
coronavirus hasta la fecha, según cifras oficiales) como reaccionaron con la
revuelta de octubre del año pasado. Ojalá que al menos estén acumulando mucho odio
de clase y lo hagan explotar en las calles en la cara de la burguesía y el
Estado cuando se acabe esta cuarentena. Aunque también hay que decir que, por
obvias razones, ya hay unas pocas protestas de algunos/as trabajadores/as despedidos/as
por algunas industrias así como también de algunos/as trabajadores/as de la
salud (considerando que el 45% de los contagiados de coronavirus en este país
son trabajadores de la salud y que no cuentan con todos los insumos de
bioseguridad para trabajar).
Con estas medidas, la burguesía puede estar
resolviendo a su codiciosa y violenta manera un problema a corto plazo, pero en
cambio está generando problemas económicos, laborales, sociales y políticos más
graves a mediano y largo plazos. Como decía Marx, la burguesía produce sus
propios sepultureros… a la corta o a la larga. Claro que esto está por verse o
no en la práctica social e histórica.
Con esto último quiero decir que sólo la lucha de
clases real es la que, como siempre, tiene y tendrá la última palabra. Esta es “mi”
“propuesta” o “solución” a los problemas arriba planteados, ya que la mayoría
de veces la mayoría de lectores siempre termina exigiendo tal cosa: “ya ok, muy
bien toda tu crítica, pero entonces ¿qué propones que hagamos?”, suelen decir.
Primero, porque el objetivo de este artículo es analizar críticamente las
últimas medidas económicas del gobierno ecuatoriano, las cuales en realidad
sólo son un ejemplo particular y local más de las medidas que está tomando el
Capital-Estado mundial en estos momentos. Y segundo, porque considero seriamente
que es más objetivo o materialista plantear que la “solución” o la “propuesta”
frente a este problema sólo puede venir de la lucha de clases real, antes que
plantear un programa o conjunto de medidas comunistas inmediatas que van desde “trabajar
menos, trabajar todos, producir lo necesario” y los saqueos a supermercados
hasta la huelga de alquileres y exigir exámenes, mascarillas y medicamentos
contra el coronavirus gratis para todos, etc. (lo cual está bien y ya lo han
hecho otros compañeros en otros lugares: ver p. ej. los textos sobre las
pandemias del capital y el antagonismo de clases del grupo Barbaria, o la guía anarquista
para sobrevivir al virus del grupo Crimethinc); y que criticar sin tapujos ni
piedad el reformismo estatista, redistribucionista y legalista típico de las
izquierdas del Capital (lo cual también ya lo han hecho con razón otros
compañeros en otros lugares).
Sin embargo, aquí dejo anotadas algunas “banalidades
de base” para la crítica radical con respecto a la situación que estamos
malviviendo los proletarios aquí y en todas partes. Las crisis son momentos de
verdad, es decir momentos en los cuales los fundamentos y las contradicciones
del sistema capitalista quedan al descubierto. Y la verdad es que el
coronavirus no es la crisis sino que agrava la crisis y la catástrofe cotidiana
que es el capitalismo. Que el capitalismo es un sistema de explotación y de
muerte. Que el Estado no es neutral sino que es el Estado del Capital, el
Estado burgués, el Estado de y para los ricos. Que la democracia en realidad es
la dictadura de los ricos sobre los explotados y oprimidos. Que los proletarios
no debemos esperar nada del Estado (como exige la izquierda) ni mucho menos de
las empresas (como plantea la derecha), sino que debemos tomar las riendas de
nuestras propias vidas en todos los aspectos (trabajo, alimentación, vivienda,
salud, educación, comunicación, tiempo libre, relaciones humanas, etc.),
partiendo de la base material de reapropiarnos de las condiciones materiales de
existencia como son los medios de producción y de consumo de todo tipo, y de
practicar la solidaridad, el apoyo/cuidado mutuo, la autoorganización y la
acción directa para el efecto. Que todo esto no es un problema local sino un
problema mundial, porque el capitalismo es un sistema mundial (en otros países,
p. ej. Italia, España, EE.UU., Chile, etc. la situación económica y sanitaria,
las medidas de austeridad y la represión estatal son peores). Y que, hoy más que nunca,
no sólo es necesaria una revuelta o una rebelión para ponerle fin a esta
catástrofe, sino una revolución. Y la revolución es radical o no es. Radical
significa abolir y superar las raíces del sistema capitalista: la propiedad
privada, el trabajo asalariado, el valor, la mercancía, el dinero, el mercado,
el Estado, la sociedad de clases. De nada o poco sirve sólo atacar sus frutos
podridos, sus hojas, sus ramas y hasta su tronco. A problemas radicales,
soluciones o medidas radicales. De lo contrario, a los proletarios sólo nos
queda más miseria y más muerte. Pero esto no es una cuestión que se resolverá
teóricamente: la lucha de clases real es la que, como siempre, tiene y tendrá
la última palabra.
Un proletario cabreado de la región
ecuatoriana
Mediados de abril de 2020
* Noticia en
desarrollo:
Estos son los puntos
específicos que plantean el Gobierno y las Cámaras Empresariales al
respecto:
«1. TRES MESES SIN
SUELDO: La reforma que propone el Gobierno capitalista plantea que los
empresarios pueden suspender 3 meses a los trabajadores sin salario.**
2. REDUCIR SALARIO Y
JORNADA: Los empresarios podrán durante 12 meses reducir el salario si así lo
desean, y modificar las jornadas de trabajo de 40 a 30 horas semanales.
3. PASAR AL TRABAJO
POR HORAS: El trabajador pierde toda estabilidad laboral, no hay relación de
dependencia con la empresa. Se paga por hora trabajada.
4. RECUPERAR SALARIO
ACTUAL: Si al cabo de dos años la empresa se recupera a costa de la explotación
y el irrespeto a los derechos laborales, los trabajadores podrán recuperar el
salario actual. Es decir, en 2022 los trabajadores podrían ganar el sueldo que
ganaban en febrero 2020.» (Fuente: Red de Prensa Popular Ecuador.
Actualización: 15 de abril de 2020, 9 PM)
** «Ante las
noticias que están circulando sobre el análisis de suspensión laboral de tres
meses sin sueldo, en medio de la emergencia por #Covid_19, esta cartera de
Estado emite el siguiente comunicado:
Esta cartera de
Estado informa a la ciudadanía que, a fin de precautelar el empleo, la
producción y economía del país durante la emergencia sanitaria que atravesamos,
ha convocado al diálogo social a distintos sectores para de manera conjunta
trabajar en propuestas que reactiven la economía y velen por los derechos
laborales.
Una de las
alternativas recibidas, plantea la posibilidad de suspender la jornada laboral
por tres meses sin remuneración y sin pago de la seguridad social, medida que
después de ser analizada no fue acogida por el Ministerio de Trabajo por lo
tanto no consta dentro del proyecto de Ley que será enviado a la Asamblea
Nacional.
Cabe recalcar que
nuestro deber primordial es y siempre será velar y proteger los derechos de los
trabajadores, especialmente garantizando sus plazas de trabajo, sus fuentes de
ingresos y una relación laboral justa.» (Fuente: Ministerio del Trabajo del Ecuador. Cuenta oficial de Twitter. Actualización: 15 de abril de 2020, 11 PM)
Sea como fuere, hay
que tener claro que, más allá de este demagógico comunicado y de ese tal proyecto de ley que mencionan (al cual
hay que estar atentos, sin duda), y detalles más detalles menos, los
empresarios y el gobierno igual van a reducir la jornada laboral y el salario,
aumentando así la explotación, el desempleo, el subempleo y la pobreza de los
trabajadores, para mantener sus ganancias y su poder de clase. Por lo que, de
ahora en adelante, el hecho principal al que habrá que “tomar el pulso” será cuándo, cómo y
hasta dónde responde el proletariado de este país mediante su lucha de clase a
tremendo golpe por parte del Capital y el Estado.
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