26 de junio de 2020

¡Termínalo!

Fever. Editorial # 3. Junio de 2020


“No puedo respirar”. Ninguna frase podría haber resumido mejor la situación que el proletariado en EE.UU. ha estado atravesando desde el comienzo de la pandemia. Pronunciada por George Floyd cuando un policía lo estaba asfixiando hasta la muerte, se convirtió en la expresión de una revuelta que se ha extendido por todo Estados Unidos en menos de una semana.
No hay indignación suficiente para abolir la policía. Ni caridad para acabar con el hambre. Ninguna ley puede poner fin a este orden social. Así que el movimiento no preguntó. Los insurgentes usaron la fuerza/ Los incontrolados usaron la fuerza. Quemaron la comisaría del policía asesino. Saquearon supermercados por todas partes. ¡Los medios de comunicación nos insultan –la gente dijo –, vamos a quemar la CNN! ¡La policía nos oprime, hagámosles huir!
Lo que ayer parecía impensable, hoy se ha convertido en posible. El fin del racismo, del dinero, del Estado. El fin del capital y de esta odiosa sociedad de clases, con toda la miseria y la opresión que conlleva. Las posibilidades son vertiginosas. Pero el miedo, también, puede empezar a arraigar. Miedo al caos, miedo a la guerra civil. Este miedo es un mal consejero. Este miedo es sobre el que se construye el poder/ el estado, lo que frena el primer reflejo de intervenir cuando un policía está al borde del asesinato. Y tiene sentido si estás solo.
Hoy es el turno de los propietarios de tener miedo. Míralos, jurando acabar con el racismo con las manos en el corazón. No tienen nada que vender más que una mentira liberal. La mentira del “justo” acceso al sueño americano: la libertad de enriquecerse a costa de otros. Para hacernos creer que merecemos ser perdedores, que es nuestra culpa si somos pobres. Y los trabajadores pierden sus vidas mientras que los pocos ricos ganan tiempo.
Así que tengamos cuidado. Este discurso, que ya escuchamos en los levantamientos de Chile, el Líbano o Irak, que dice ser “realista” y se limita a sí mismo pidiendo algunas reformas, cambios en la policía, más cupones de alimentos, mejor representación, supone la derrota. Derrota supone poner al movimiento al servicio de un político democrático. Derrota supone creer en las promesas vacías de estos bastardos que negocian y llaman a la calma, pretendiendo que se preocupan por nuestra comunidad lo primero. No podemos estar de acuerdo con los izquierdistas de EE.UU. que dicen que la lucha contra el racismo sólo concierne a los negros. El racismo ayuda a mantener la explotación y la división entre los oprimidos, y contribuye a la perpetuación del capitalismo. Los fascistas mienten cuando dicen defender a los “trabajadores blancos”: defienden a los propietarios.
Negro, marrón, blanco… Los proletarios de todos los orígenes tienen más en común entre ellos que con la burguesía, y lo demuestran codo con codo en las barricadas. Las maquinaciones políticas que dividen la lucha, para organizar negociaciones separadas y finalmente para aplastar a los proletarios, deben ser tomadas como lo que son: intentos desesperados de extinguir el levantamiento.
Pero otros han dejado de esperar en vano y están tomando medidas. Los que no tienen nada y luchan por todos. Manifestantes, alborotadores, saqueadores, todos a la vez o según el temperamento y la oportunidad, pero habiendo tomado el mismo lado, el de la unidad en la lucha. En la lucha esto es lo importante, más allá del papel que pueda jugar esta o aquella facción del movimiento.
La puesta en común de los frutos del saqueo es una crítica a este mundo de privación y explotación y, al mismo tiempo, la formulación de la posibilidad de una nueva relación social. El combate callejero no puede ser suficiente sin gente que lo apoye. Y este es el mundo del que hablábamos cuando alguien escribió que “lo que ayer era impensable ahora es posible”… Millones de personas han dejado de pagar el alquiler, las facturas, vendiendo su fuerza de trabajo por migajas. No pagar por nada, organizarse y defender estas prácticas: nada de esto es ajeno al movimiento.

Lo que queda es este monstruo para ser derribado. El Estado. La máquina de guerra global de los EE.UU., su policía, el ejército y las milicias, a la que combatir y neutralizar de un solo golpe.

Es un largo camino por recorrer, pero la revolución global es posible. Incluso, puede que estemos a punto de comenzarla.
FEVER es una herramienta en tus manos, un lugar de intercambio entre Chile, Hong Kong, Líbano, y cualquier otro lugar donde las llamas manden a los policías a correr. Queremos comprometernos con este movimiento en su cotidiano y proponemos algunas preguntas para reflexionar en los próximos días.

1. ¿Cómo han alimentado la crisis, el encierro y la política sanitaria las condiciones de descontento de la clase obrera local?
2. ¿Cuál es la conexión entre la ola de huelgas salvajes durante la pandemia y el levantamiento?
3. ¿Cómo relaciona la gente la lucha contra el racismo con la lucha como clase?
4. ¿Qué armas y tácticas han utilizado los manifestantes para tomar las calles y las tiendas frente a la policía?
5. ¿Por cuánto tiempo se pueden mantener los levantamientos a través de los supermercados locales, el sistema de logística y la producción de alimentos locales?
6. ¿Cuál es la relación entre el levantamiento y los trabajadores que hacen posible esta producción y distribución?
7. ¿Cómo hacen los trabajadores posibles los suministros militares, las armas y el transporte y qué poder tienen para frenar la intervención del ejército y la Guardia Nacional?
8. ¿Qué signos hay de negativas, divisiones y motines dentro de las fuerzas armadas?
9. Los trabajadores de las plataformas, como los conductores de Uber, han desaparecido de las calles. ¿Cuál es su relación con el levantamiento?
10. ¿Cuáles son las posibilidades de extender el levantamiento desde las calles a la economía capitalista, como por ejemplo con bloqueos, huelgas y otras formas de acción en el lugar de trabajo?
11. ¿Cuántos han sido arrestados? ¿Cuál es el nivel de apoyo a presos y cuáles son sus condiciones?

Animamos a la gente del movimiento a ponerse en contacto de forma anónima y confidencial para contribuir con FEVER y a ayudar a hacer circular las noticias y los análisis de la lucha mundial en el marco de COVID-19 enviándonos un correo electrónico a través del sitio web o un mensaje a través de nuestras cuentas de medios sociales.

Textos para entender la actual revuelta en EE.UU.


•Desde EEUU, en español:
-Minneapolis: ahora esta lucha tiene dos lados - CrimethInc
- SOBRE MINNEAPOLIS: BRUTALIDAD POLICIAL Y LUCHA DE CLASES
Intransigence, Internationalist Worker´s Group y Klasbatalo. Junio 2020

•Panfletos Anónimos
-¡Viva la revuelta!
http://panfletossubversivos.blogspot.com/…/viva-la-revuelta…
-George Floyd: De como el asesinato de un proletarios negro deja entrever el holograma en el que estamos hundidos

•Sobre las anteriores revueltas en Ferguson, Oakland y la historia de EEUU:
-Revista «Ellos No Pueden Parar la Revuelta» #4
Guerra de clases con forma racial (2017)
https://www.facebook.com/DICOMANAR/posts/916779272068628
-Video-Panfleto: Guerra de Clases en las entrañas de la Bestia - (2017)
https://www.youtube.com/watch?v=2W9x2U9HO5w
-¡Arriba parias de la Tierra! -La Oveja Negra (2015) 

http://boletinlaovejanegra.blogspot.com/…/arriba-parias-de-…
•Revuelta de Watts (1965)
-La decadencia y caída de la economía espectacular-mercantil
Guy E. Debord. Internationale Situationniste nro. 10, marzo de 1966
Traducción: Luis Andrés Bredlow
https://edicionesmariposasdelcaos.blogspot.com/…/ediciones-…
-La rabia «negra» ha sacudido los pilares podridos de la «civilización» burguesa y democrática.
Amadeo Bordiga. Il Programma Comunista, 10 de septiembre de 1965
Traducción: Barbaria
http://barbaria.net/…/la-rabia-negra-ha-sacudido-los-pilar…/

• Es el capital quien nos impide respirar
Grupo Barbaria
8 junio de 2020, España
• Esto ya comenzó: es la guerra de clases
Vamos Hacia la Vida
8 de junio de 2020, Chile.
• Al movimiento anarquista y a quienes participan en la lucha en Estados Unidos
a toda persona que esté en las calles luchando contra el racismo y la autoridad.
Federación Anarquista (Grecia) Junio de 2020

• Revuelta mundial contra la policía
Vamos Hacia la Vida
25/06/2020, Chile


8 de junio de 2020

[Ecuador] ¡Nuestras Vidas antes que sus Ganancias! ¡Abajo el "paquetazo", el gobierno, el Capital y el Estado!

¡NUESTRAS VIDAS ANTES QUE SUS GANANCIAS!
¡ABAJO EL PAQUETAZO, EL GOBIERNO, EL CAPITAL Y EL ESTADO!

M El nuevo “paquetazo” del gobierno de Moreno-Roldán-Martínez-Romo-Jarrín sólo enriquece aún más a los empresarios y sus políticos, mientras que a la clase trabajadora (que incluye a los informales y los desempleados) nos precariza y empobrece aún más. Es decir, aumenta nuestra explotación y nuestra miseria. Por eso salimos a las calles a protestar.
M Si la gente se enferma y se muere, no es culpa de la gente sino de este gobierno y de las Cámaras Empresariales que, con sus medidas para proteger sus ganancias, nos obligan a salir a las calles a trabajar y a protestar, arriesgando así nuestras vidas. Nos están quitando todo: trabajo, salud, vivienda, educación, etc. También nos están quitando el miedo, hasta que éste cambie de bando social.
M Esta no es “la crisis del coronavirus”. Es la crisis del capitalismo. La crisis sanitaria y económica actual no ha hecho más que desnudar esta cruda y antigua verdad: el capitalismo mata a los explotados y oprimidos, a los proletarios, pero salva a los ricos y poderosos, a los burgueses. Las clases sociales existen. La lucha de clases también y, de hecho, es lo que mueve a la historia y a esta sociedad.
M No conformes con su “ley de apoyo humanitario” para ellos y de nueva esclavitud para nosotros, este gobierno recién aprobó otra ley que permite a las Fuerzas Armadas y la Policía usar armas letales para reprimir la protesta social, a lo que le llama “uso progresivo de la fuerza”. Es decir, no conformes con matarnos de coronavirus, de hambre y de aislamiento, ahora también nos quieren matar a balazos si es que protestamos. Esto no es “fascismo” ni “falsa democracia”. Esto es la democracia, sin comillas: sí, porque en realidad la democracia es la dictadura de los ricos sobre los pobres, de la burguesía sobre el proletariado. El único y gran terrorista es el Estado.
M Si bien los recientes escándalos públicos de corrupción (sobreprecios) por parte de altos funcionarios de este gobierno son indignantes y repugnantes, el problema no es la corrupción. El problema es el capitalismo, sistema que se basa en la desposesión de los medios materiales de vida a la gran mayoría de la población para que una minoría de propietarios y empresarios explote su fuerza de trabajo y acumule capital mediante la producción y la venta de mercancías. La corrupción sólo es un mecanismo secundario de acumulación de capital. “Lícito” o “ilícito”, el enriquecimiento se basa en la explotación.
M Las instituciones, las leyes y las elecciones son inventos y armas de los ricos y poderosos para mantener y legitimar su poder sobre nosotros los explotados y oprimidos. Por lo tanto, no se trata de luchar por la “inconstitucionalidad” de tal y cual ley ni por un “gobierno popular”, porque eso sólo es jugar su juego en su cancha y darles más poder. Entonces, dejemos de luchar por esas migajas del Estado capitalista llamadas “derechos democráticos”. Luchemos por reapropiarnos y poner en común todo lo existente, porque los trabajadores lo hemos producido todo, por lo tanto, todo debería ser nuestro, para todos, sin necesidad de jefes, representantes ni intermediarios partidarios ni sindicales. La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores. Con autoorganización, apoyo mutuo y acción directa.
M Minneapolis y todo EE.UU. arden en llamas. La revuelta proletaria estalla en las entrañas de la gran bestia mundial. Sus detonantes son la violencia policial y el racismo. Pero sus causas son el capitalismo y la sociedad de clases. Por lo tanto, para abolir el racismo y la violencia policial, hay que abolir el capitalismo y la sociedad de clases, allá y en todo el mundo. EE.UU. no es el único país en el cual el proletariado de todas las “razas”, nacionalidades, sexos y edades se vuelve a rebelar en las calles: también hay fuertes protestas en Inglaterra, Alemania, Francia, Grecia, Hong Kong, México, Honduras, Brasil, Chile… Porque los proletarios no tenemos patria, y porque así como se contagia la pandemia del Capital, así también se contagia la revuelta social. Aun así, esta es necesaria pero no es suficiente: para acabar con todos los males que hoy aquejan a la humanidad y la naturaleza, la revuelta ha de criticarse y superarse a sí misma para transformarse en revolución social mundial. Porque sólo ésta puede frenar la actual catástrofe capitalista que nos está matando y regenerar la Vida sobre nuevas bases.

¡EL CAPITALISMO MATA: MATEMOS AL CAPITALISMO!
¡AUTOORGANIZACIÓN, APOYO MUTUO Y ACCIÓN DIRECTA!
¡REVUELTA Y REVOLUCIÓN! ¡COMUNISMO O EXTINCIÓN!

Unos proletarios cabreados de la región ecuatoriana
por la revolución comunista y anárquica mundial  

Quito, 8 de junio de 2020


Agradecemos su difusión

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Esta volante en las calles de Quito durante la marcha del 8J:


Esta volante en Indymedia Ecuador

Esta volante traducida al inglés por Malcontent Editions

6 de junio de 2020

[EE.UU.] ¡Viva la Revuelta!


Tras otra noche de revuelta en las calles de Estados Unidos por el asesinato de George Floyd, el presidente Trump desde un bunker en la Casa Blanca anuncia que designará a “Antifa” como organización terrorista. Este señalamiento busca a encuadrar a un movimiento (sin mayúsculas) espontáneo y multiforme en una Organización, asignándole no solo una ideología sino también un funcionamiento jerárquico y acorde a las lógicas estatales.

Una vez más, el terrorismo es utilizado como coartada para la criminalización de amplios sectores en lucha, que a su vez exceden completamente al “antifascismo”. Pero además de denunciar y luchar contra la avanzada represiva que esto significa, es necesario rechazar la polarización que se busca instalar en el seno de la lucha.

La falsa elección entre la economía y la vida impuesta a partir del Covid-19 hizo resurgir la clásica polarización burguesa entre liberalismo económico e intervencionismo estatal. Esta última, a su vez, se ha codificado de diferentes formas según la región. Generalmente como progresismo y derecha, e incluso llegando a hablar de fascismo, como en Brasil y Estados Unidos. No vemos ninguna casualidad en que se apele al antifascismo como canalización de una revuelta que no pueden controlar.

Si bien el antifascismo callejero (el Antifa), de tipo pandillero que enfrenta a las bandas neonazis, común en Estados Unidos y Europa no es el antifascismo estatista y militar (de “los buenos”) de los 30 del siglo pasado, sí es su heredero. Los victoriosos defensores del antifascismo oficial asesinaron trabajadores y violaron masivamente mujeres durante la Segunda Guerra Mundial. Y directamente formaron parte de los gobiernos vencedores que, en nombre de la lucha contra el fascismo, sometieron a tantos y tantos países a un régimen capitalista democrático donde ya no se debería protestar porque supuestamente somos libres y estaríamos peor si hubieran ganado los otros.

Fascismo y democracia han sido siempre sistemas políticos complementarios al servicio de los intereses de los ricos. Cuando la democracia no puede contener las luchas de los explotados y oprimidos, o simplemente para mantenernos a raya, el Capital recurre a formas más brutales. Hoy, esos métodos que se suponen son privativos de los fascistas forman parte de cualquier gobierno que se declara libre y antifascista, que por su parte son abiertamente totalitarios: asesinatos como el de George Floyd o los millones de muertos a manos de la policía de todos los países, el trabajo esclavo como complemento necesario del mercado laboral, y el disciplinamiento en escuelas, cárceles y manicomios. Así y todo, ningún presidente se dice fascista ¡sino todo lo contrario!

Ahora que la democracia ha devenido en control totalitario de la vida social, el fascismo como sistema de dominación ha perdido su sentido. Claro que sigue habiendo nazis y fascistas pero no son los que mueven los hilos, son un problema de la calle y deben ser combatidos en ella día a día. Pero el antifascismo como opción política es una farsa. Hoy como ayer solo sirve para hermanar a oprimidos y opresores, explotadores y explotados, gobernantes y gobernados. En nombre del antifascismo se nos llama a unirnos a los genocidas de hoy: los gobernantes progresistas o de izquierda de cualquier país, que también tienen las manos manchadas con sangre. O con los herederos del estalinismo y el maoísmo genocida.

El problema no es la derecha o la izquierda. Es el capitalismo, es la democracia. No hace falta unirse al frente antifascista para combatir a los fascistas. Lo que nos une es la acción común en todas partes contra lo que nos explota y nos oprime, contra la raíz del problema: la propiedad privada, el dinero y el Estado.

En las calles de Estados Unidos se mezclan proletarios negros, junto con blancos y latinos. Han desafiado la opresiva cotidianidad en menos de una semana. Querer arrogar esto a un solo movimiento como hace Trump y su séquito, o querer como su oposición sacar una tajada por estas declaraciones, expresa lo común que tienen de mentalidad política estas dos fracciones que están enfrentadas, pero solo en cómo gestionar este mundo mercantil.

¡Que ni Trump ni los verdugos de ninguna parte del mundo nos marquen los objetivos y desarrollos de nuestras luchas!
¡Terrorista es el Estado!

Anónimo
1 de junio de 2020


Traducciones: